
Nando Abad es un reconocido guionista de televisión, entre cuyos trabajos se encuentran las míticas ‘7 vidas‘ y ‘Aída’, así como también la simpática ‘El pueblo‘ (de la que también es creador). Hace dos años sorprendió a propios y extraños con la inclasificable novela ‘Lo que jode encontrarte un calcetín desparejado‘, con un humor grueso y deliciosamente incorrecto. Ahora nos trae ‘Ideas para ser parecer feliz‘, otra sátira sobre la sociedad que nos presenta a un grupo de antiguos compañeros de colegio, los cuales se van a reunir en la típica (y temida) cena en la que todos quieren aparentar haber triunfado y nadie se atreve a admitir sus fracasos. Y de eso va la novela, aunque hay mucho más bajo la superficie, con un retrato de los personajes desternillante y cargado de mala baba, pero sin renunciar al dramatismo y patetismo de los mismos. Vamos, lo que sería una tragicomedia, aunque jamás se abandone el humor, lo cual es de agradecer.
La anterior novela de Abad logró algo impensable para mí, en lo que a la lectura se refiere: hacerme reír, y además en no pocos momentos. Pues bien, aquí se repite el milagro, con una serie de situaciones hilarantes y a cada cual más rocambolesca, sin olvidar unos diálogos ingeniosos, con chispa y que dan en la diana en no pocas ocasiones. Y es que se nota que el autor sabe de lo que habla (y el medio del que viene), con una certera y cruda radiografía del individuo como parte de una sociedad, abordando el fracaso y los sueños rotos sin piedad alguna. Quien esté esperando una comedia al uso, se ha equivocado de libro, porque aquí estamos para reír, pero también para sufrir, y si se aceptan las reglas del juego, es imposible resistirse a una oda a la mediocridad que no deja indiferente.
Y bueno, los personajes… esos personajes. Todos y cada uno de ellos tienen algo qué decir, siendo unos protagonistas repletos de matices, y generando un interés que nos mantiene pegados hasta la última página. Son todos tan fascinantes, que me es imposible dilucidar cuál destaca de entre todos, en lo que es un grupo de individuos que parecen del montón, pero con un atractivo que te atrapa y no te suelta. Por cierto, un acierto lo de repartir el mismo protagonismo entre todos ellos, además de la decisión de viajar al pasado de forma constante para entender sus motivaciones. O lo que es lo mismo, la nostalgia como arma arrojadiza.
Por otro lado, estamos ante una obra que apuesta por la cotidianeidad del ser humano, con una historia que podría sucedernos a cualquiera de nosotros, pero escrita con tal nivel de mala leche, que se consume con placer, a pesar de los hirientes y constantes dardos a una sociedad inconformista y desencantada, que cada vez es menos feliz. Es admirable cómo Abad coge toda clase de clichés y los introduce en su novela de forma tan impecable, siendo reconocibles, pero a la vez cautivadores, como si esto nos sonara de antes (hay infinidad de producciones que han abordado el tema de las cenas de antiguos alumnos), pero sin el mismo toque ni la misma valentía.
En conclusión, creo que estamos ante una novela bastante superior a ‘Lo que jode encontrarte un calcetín desparejado‘ (sin desmerecer a ésta, ya que también era una rara avis), con un catálogo de personajes a los que es imposible no querer (me gustaría saber más de ellos, y con eso lo digo todo), y con una serie de giros que amenizan la velada y nos confirman que esta fiesta es de esas en las que merece la pena quedarse hasta el final. Una sátira que te sonríe y que después te pega un puñetazo en las partes bajas, siendo un fiel reflejo de lo que es el día a día, o dicho de otra forma, la vida. Y es que Abad no engaña a nadie, con una novela que parece una comedia surrealista que coquetea con la parodia, pero que es mucho más veraz y honesta de lo que nos gustaría admitir. Una novela totalmente recomendable y que no deja indiferente, aunque nos escupa las verdades a la cara. Una delicia.
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