Más allá de los dos minutos infinitos (Beyond the Infinite Two Minutes) – Una curiosa comedia que juega de forma ingeniosa con los bucles temporales

Mucho se está hablando de ‘Más allá de los dos minutos infinitos‘, propuesta japonesa que combina la comedia y la ciencia ficción, comenzando a coger un aire de culto al nivel de la emotiva y divertida One Cut of The Dead, no por ser ambas japonesas, sino por sus logros. Las críticas están siendo igual de entusiastas, alabando el ingenio de la película que nos ocupa. Sinceramente, sin tanto halago no me habría enterado de la existencia de esta rareza, la cual está comenzando a hacer bastante ruido con el popular boca oreja.

Teniendo en cuenta lo comentado, las expectativas eran altas, y el hecho de que la cinta durase sesenta y seis minutos (ni uno más ni uno menos) era un aliciente en una era en la que no tenemos tiempo y debemos ser muy selectivos con lo que consumimos. Pues bien, dicho todo esto, la película me ha convencido, compartiendo el aplauso por la inventiva de la producción, pero debo confesar que tampoco me ha apasionado, siendo un film aparentemente sencillo que cumple su cometido a la perfección.

Me quito el sombrero ante la labor de dirección, entre otras cosas porque la película está rodada con un móvil (algo que se aprecia en los créditos finales). Vamos, que no han tenido que invertir demasiado en el presupuesto, estando todo rodado en dos espacios. Un nuevo hito que vuelve a poner de relieve que se puede hacer mucho con muy poco, y aquí los responsables de la cinta le sacan todo el partido a los medios de los disponen, siendo una propuesta que jamás da la sensación de mediocridad. Una genialidad en ese aspecto, y tampoco se queda atrás el hecho de que la película se pase como un suspiro gracias a sus ajustados sesenta y seis minutos, una delicia en los tiempos que corren. Desde luego ni los detractores podrán hablar de pérdida de tiempo.

En cuanto al guion, me resulta imposible imaginar lo arduo que debe ser confeccionar una trama tan compleja, repleta de bucles temporales, cuadrándolo todo al milímetro. Y no conforme con ello, el guionista nos regala un tono cómico y emotivo que le da un punto dulce a la propuesta, logrando que nos encariñemos con unos personajes entrañables. En cuanto al reparto, todos cumplen, agradecidos por unos personajes bien escritos.

Como ya digo, es una película tan imaginativa como simpática, además de bien realizada y escrita, pero le falta algo más para ser un producto redondo. No creo que estemos ante una obra maestra, pero sí ante una curiosidad que deja buen sabor de boca, siendo destacables sus valores de producción y su ingenio para ofrecer un producto diferente, por lo que no me importaría que acabase siendo un film de culto. Se lo merece. Si te gustan las rarezas y las películas diferentes, estás en el sitio indicado. Cine hecho con cuatro duros y, a la vez, una de las películas más ingeniosas de los últimos años. Las cosas como son.

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