
Debo reconocer que este año me llevé una grata sorpresa con la serie de animación, Jurassic World: Campamento Cretácico. No voy a negar que me aventuré en la propuesta con bastantes prejuicios, esperando una propuesta ñoña y destinada únicamente el público infantil. Grave error, ya que me encontré con una experiencia tan entretenida como bien elaborada, siendo una de las mejores producciones de Netflix de este año. Pues bien, ahora nos llega Lego Jurassic World: Leyenda de la Isla Nublar, otro intento de juntar una famosa saga con la popular marca de juguetes, siendo algo que ha funcionado en el mundo de los videojuegos pero que se ha quedado a medio gas en lo que respecta a las producciones cinematográficas.
Si me he acercado a ella (de nuevo, a pesar de mis prejuicios, ya que huele a producto infantil a kilómetros), ha sido por el buen sabor de boca que me dejó la serie comentada (y que en breves estrenará segunda temporada), pero en este caso no ha habido sorpresa alguna, ya que es exactamente lo que parece, una propuesta bobalicona, sólo apta para los más pequeños y que desaprovecha la saga jurásica, no acertando en esta ocasión la mencionada plataforma.
Y es que estamos viviendo un renacer de la marca Jurassic Park (bueno, más bien Jurassic World), en la que el estudio responsable quiere exprimir el producto hasta las últimas consecuencias, saliendo bien parados en el caso anteriormente expuesto, y muy mal parados en el caso que nos ocupa. La animación es la esperada en un producto de estas características, pero que nadie espere la calidad (por llamarlo de alguna forma) o los efectos de las películas, ya que se nota el poco presupuesto (y, por lo tanto, la poca confianza depositada) en una serie diseñada para cumplir y contentar a los niños, sin intención alguna de ir más allá. Un fast food de toda la vida, vaya.

No obstante, la animación no es el punto negativo, ya que el guion (aunque llamarlo así quizás sea exagerado…) es flojo, insípido y con unos personajes bobalicones y sin carisma (los protagonistas de las dos entregas recientes) que poco o nada tienen que ver con los vistos en los films (aunque se agradece la referencia a uno de los villanos clásicos). Aquí está todo demasiado infantilizado, siendo una experiencia nada aconsejable para el público adulto, por muy fan que se sea de la mítica saga. Así como Campamento Cretácico sí que pensaba en todo tipo de público, aquí se conforman con ofrecer un producto más, cumpliendo trámite y sentenciando una serie de la que nadie está hablando. Y no me extraña…
En conclusión, estamos ante un producto oportunista e insustancial, prefabricado para intentar sacar tajada de la nostalgia de los fans o simplemente los amantes de las nuevas películas, y que no es aconsejable ni para unos ni para otros. Y es que por mucho que en tu título dejes bien claro que Lego y Jurassic World tienen algo que ver, no significa absolutamente nada, y aquí está la prueba. No perdáis el tiempo.
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