TÁR – Crítica – La mejor actuación de Cate Blanchett en un intenso y arriesgado drama sobre el abuso del poder y la cultura de la cancelación

TÁR‘ está levantando pasiones, ya sea por su recorrido en festivales, o a la hora de cosechar nominaciones y premios, estando nominada a mejor película, dirección o actriz principal, entre otros. Yo tenía cierta curiosidad, ya que había leído que estaba relacionado con los abusos, el ‘Me Too‘, y casos como el de Plácido Domingo, al ser la protagonista una directora de orquesta. Lo que jamás hubiese imaginado, es la vuelta de tuerca que propone el film, siendo sorprendente que no esté levantando más ampollas allí donde se estrena, porque no es lo que parece a primera vista. Y hasta aquí puedo leer.

La película supone el regreso a la dirección de Todd Field, actor visto en films como ‘Twister’ o ‘Eyes Wide Shut’ (es el pianista), y responsable tras las cámaras de dramas como ‘En la habitación (In the Bedroom)‘ o ‘Juegos secretos (Little Children)‘, este último un interesante film de 2006. Casi dos décadas ha tardado en traernos su nueva película, ‘TÁR‘, partiendo como una de las favoritas en los Oscars de 2023, y siendo sorprendente que se haya demorado tanto en ofrecer su última cinta. Hecha la presentación, conviene desgranar el film punto por punto, porque estamos ante un intenso y arriesgado drama que, sin parecerme una obra maestra, sí creo que merece las alabanzas que está recibiendo.

Técnicamente la película ofrece escenas y planos secuencia tan efectivos como elegantes, siendo un gran trabajo por parte del señor Field. No obstante, considero bastante injusta su nominación al Oscar en el apartado de dirección, porque han habido contrincantes muy superiores este año (Bazz Luhrmann por ‘Elvis‘ o Joseph Kosinski por ‘Top Gun: Maverick’, sin ir más lejos), siendo una labor tras las cámaras destacable y digna de elogio, pero que tampoco resulta visualmente impecable. Y es que Field depende mucho de la excelente labor de la siempre maravillosa Cate Blanchett, presentando una serie de planos secuencia (sobre todo en la primera mitad del film) que no tendrían la misma fuerza si no fuese porque la actriz lo da todo, hipnotizando al espectador de forma irremediable. Con otra intérprete menos inspirada, el hechizo no surtiría efecto, quedando claro que la señora Blanchett ha hecho parecer al film mucho mejor de lo que es realmente.

Respecto a la duración, de dos horas y media, se siente algo exagerada, ya que se nota que en los últimos compases de la película se alarga demasiado la historia, con escenas más cortas y abruptas, intentando transmitir la agonía de la protagonista, pero perdiendo el interés de las dos primeras horas. Quizás habría sido mejor cerrar el telón en lo más alto y no presentar un clímax que no está a la altura del resto y que sabe a poco.

Field también se encarga del guion, presentando una primera hora cocinada a fuego demasiado lento, jamás invitando al bostezo, pero sí despistando al espectador ya que, hasta el ecuador de la cinta, no se pone la carne en el asador, y si no sabes de qué va la película de antemano, quizás estés algo perdido y con la sensación de que no está sucediendo nada. Repito, quizás, porque la primera media hora del film es maravillosa, poniendo sobre la mesa una serie de explicaciones y tecnicismos que seguramente no se comprendan si se es ajeno al mundo de la música (como es mi caso), pero que no por ello dejan de fascinar, notándose que Field (también músico) quiere instruir al espectador en un asombroso mundo del que se quiere saber más. Si lo conoces, estás dentro, y si no es el caso, lo quieres estar, y eso se llama magia.

Por no hablar de la sensacional escena (de nuevo, en plano secuencia) en la que el personaje de Cate Blanchett discute con un alumno el eterno debate sobre separar la obra del autor, y el sentido que cobra ese momento cuando se descubre el pastel. En esta escena, Field deja claras sus intenciones y su punto de vista (también ayuda leer algunas entrevistas que ha concedido), siendo una crítica directa a la cultura de la cancelación, tema que también se pone sobre la mesa. Field ha sido muy inteligente, trayendo a debate temas de rabiosa actualidad que aborda con ingenio, maestría y… mucha valentía.

Y es que sigo sin entender cómo es posible que esta película no esté enfadando a cierto sector del público, ya que lo que plantea es la antítesis de lo que se espera de una producción de estas características. El hecho de que el film esté gustando tanto y Field haya recibido tanto reconocimiento por parte de la crítica y los académicos, demuestra que ha salido airoso de tan complicada papeleta, y confirma que los tiempos están cambiando. O al menos, es lo que parece.

Pero la película no sería lo mismo sin la impecable, sobresaliente, espléndida, impresionante y todos los adjetivos que se os ocurran, interpretación de una Cate Blanchett dando un auténtico recital. La maravillosa actriz se confirma no sólo como una de las mejores intérpretes del momento, sino también como una de las mejores actrices de la historia del cine. Y si no me crees, te recomiendo que veas ‘TÁR‘ y luego tomes tu decisión al respecto, porque lo que aquí consigue es incontestable, cargando totalmente con el peso de la película a sus espaldas (hablamos de una aportación omnipresente durante todo el film), y dejando claro que el Oscar es suyo.

Me sabe mal por Ana de Armas (‘Blonde’) o Michelle Williams (‘The Fabelmans’), ambas geniales en sus respectivas interpretaciones, pero el Oscar de mejor actriz de 2023 tiene un nombre y apellido, y ése es Cate Blanchett. Como ya he indicado, sin su aportación, la película no habría recibido tantos aplausos ni habría llamado tanto la atención, confirmando la importancia de un buen reparto, y lo mismo se puede decir de un elenco de secundarios que, si bien no están al nivel de la protagonista, sí ofrecen interpretaciones sólidas y convincentes.

En conclusión, ‘TÁR‘ es un drama que no deja indiferente, destacando por su atrevimiento a la hora de abordar un tema como el del abuso del poder (con todo lo que ello conlleva, como la respuesta del ‘Me Too‘), pero desde otro prisma, uno para el que el mundo quizás no estaba preparado hace un par de años, pero que parece que actualmente sí, cuando las aguas se han calmado. Y es que, como dice Todd Field, «El poder no tiene género. El poder siempre corrompe«. Y creo que con eso está todo dicho. Y bueno, Cate Blanchett… no eres de este mundo. La reina Midas, ya que todo lo que toca lo convierte en oro, y eso no está al alcance de cualquiera. Larga vida a la señorita Blanchett, y larga vida a películas tan valientes como ‘TÁR‘.

Crítica en vídeo:

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