
Mucho se ha dicho de la tercera temporada de The Mandalorian, y la verdad es que no todo ha sido bueno. Parece ser que esta nueva entrega no ha tenido el mismo impacto, con unas opiniones más tibias y, por lo que he leído, peores audiencias. Si me lo permitís, voy a intentar buscarle explicación a este curioso suceso.
Para empezar, creo que llega tarde, ya que hablamos de casi tres años de diferencia entre la segunda temporada y la tercera. Si hablamos de series, es demasiado, se mire por dónde se mire. Por otro lado, en tres años cambian demasiado las cosas, y la saturación de producciones crece a pasos tan agigantados como alarmantes, y no tiene el mismo impacto una producción hace un par de años que ahora, cuando estamos todos agotados por el impacto de las plataformas.
Tampoco se puede obviar la gran metedura de pata de Disney Plus, introduciendo episodios y tramas relevantes de The Mandalorian dentro de El libro de Boba Fett, una serie que no todo el mundo vio, y si a eso le añades que no haces resumen y no explicas nada al inicio de la temporada, pues ya tienes a muchos espectadores confundidos y huyendo despavoridos. Y no, no me lo invento, han habido muchas quejas al respecto, siendo una torpeza histórica por parte de la casa del ratón.

Y para concluir, la marca Star Wars se está quemando, con una codicia de Disney que la perjudica cada día más, y claro, después de decepciones como las de Obi Wan-Kenobi, que sigue escociendo (y por citar un ejemplo claro y reciente), el público se está cansando, y desconfía de los productos de la casa, y The Mandalorian no está exenta, por mucho que tenga una legión de fans detrás, los cuales, por cierto, parece que se hayan escondido.
Y ya está, me apetecía hacer esta reflexión, que tiene el mismo valor y veracidad que la promesa de Disney de disminuir la cantidad y aumentar la calidad, pero esa es otra historia. Aquí estamos para hablar de la tercera temporada de The Mandalorian, sin spoilers, y lanzando la pregunta del millón: ¿De verdad estamos ante la peor temporada de la serie?
Pues si me hubieseis preguntado en el episodio seis (que, por cierto, es el peor con diferencia), os diría que un sí rotundo, pero es que esta serie tiene un as bajo la manga en todas sus temporadas, que no es otro que los finales de las mismas. Es ahí cuando ponen toda la carne en el asador, con unos capítulos finales espléndidos y cargados de acción, despistando y engatusando al espectador, haciéndole creer que está ante una de las mejores series del momento, cuando seguramente no sea cierto. Pero ahí está la magia, o más bien el truco de magia.

En su conjunto, creo que la temporada está al nivel de las otras, las cuales también contaban con episodios irregulares, por no decir malos, que no aportaban nada, y que eran poco menos que de transición. El problema es que aquí se han propuesto experimentar, con subtramas que dan más protagonismo a personajes secundarios que no tienen el mismo interés que los protagonistas, y claro, en una serie como la que nos ocupa, no te la puedes jugar de esta forma, y de ahí la recepción tan tibia.
Se le ha criticado bastante la sencillez de las tramas de esta nueva entrega, siendo llamativo, porque las de las anteriores temporadas tampoco eran ninguna maravilla, siendo una serie que jamás ha destacado en lo argumental, precisamente. Aquí estamos para pasar un rato ameno y entretenido, y si buscas otra cosa, te has equivocado de serie. Esto jamás ha pretendido ser más de lo que realmente es, y no deja de ser curioso que ahora se le exijan cosas que jamás ha ofrecido.
Sí, hay episodios que no aportan nada, pero es que lo de las misiones secundarias como si de un videojuego se tratase, se lleva viendo desde la primera parte, y no hay ningún problema mientras esos capítulos estén la altura de las circunstancias. Lamentablemente, no todos lo están, pero es que en las anteriores entregas también había episodios insulsos. Quizás nos hemos acomodado y hemos empezado a exigir una serie de virtudes que nunca han estado ahí. Esto es lo mismo de siempre, siguiendo la ruta de viaje a rajatabla.

Se nota una ambición en algunos pasajes, como la introducción de subtramas que he comentado antes, pero es obvio que no han entrado bien en una audiencia que se ha apuntado a la fiesta por la aventura, no para ver reflexiones o dramas que funcionan mejor en otras propuestas.
Y bueno, luego está lo de Mando como protagonista. Dejando a un lado lo ridículo que me parece que Pedro Pascal no haga acto de presencia (obviamente por su compromiso con otras producciones, ya que es el hombre del momento), en esta ocasión han optado por poner a Bo-Katan de compañera de viaje, en sustitución de Gina Carano, actriz despedida por liarla en Twitter.
Y ojo, que este cambio me parece maravilloso, ya que Bo-Katan es un personaje carismático y que merece su propia serie, y con una Katee Sackhoff estupenda, pero el problema es que eclipsa por completo a Mando, mucho más plano y con poco qué decir, más allá de su relación con Grogu, siendo una temporada extraña al querer introducir demasiadas cosas. Esta ya no es la serie de Mando y Baby Yoda, y la verdad es que sorprende, porque siguen siendo la clave. Repito, Bo-Katan merece su propia serie, pero aquí ha expropiado la de otro.

Y bueno, en el apartado técnico, destacar las escenas de acción del episodio dos, el séptimo o el octavo, con un cierre de temporada maravilloso, como es costumbre en la serie. El problema es que se nota el cambio de directores en no pocos episodios, con una imagen demasiado televisiva y poco esmerada para un producto de estas características. Hay episodios muy bien dirigidos, pero otros no tanto, siendo una pena que haya esa evidente descompensación tras las cámaras. Eso sí, los efectos especiales cumplen y no dan vergüenza ajena, siendo algo sorprendente viniendo de Disney, que suele ofrecer auténticos esperpentos en lo que a series se refiere. Bueno, y también en el cine. Y sí, va por Marvel…
En conclusión, creo que estamos ante una temporada que cumple, al nivel de las anteriores gracias a su final, notándose ya signos de agotamiento en una marca que no se ha sabido manejar correctamente a pesar de todo su potencial. Y sin entrar en spoilers, el final está bastante cerrado, y si me preguntáis, yo lo dejaría aquí, porque es un cierre más que digno, pero tú y yo sabemos qué no va a ser así.
Lo dicho, Disney y su codicia. Pues cuando estrenen la temporada cinco, y ya no la vea nadie, que no se extrañen mientras todavía contabilizan los billetes por lo agenciado en los buenos tiempos. Mientras tanto, disfrutemos del viaje, porque no nos queda otra, pero mucho me temo que The Mandalorian ya no es lo mismo, y el público se ha dado cuenta. Este no es el camino…
Crítica en vídeo:
Deja una respuesta