Terapia sin filtro (Shrinking) – Crítica – La divertida y simpática tragicomedia que no ha visto nadie

Apple TV está teniendo muy mala suerte con sus productos, al menos en España, donde sus películas y series pasan sin pena ni gloria, como si jamás hubiesen existido. La verdad es que casi ninguna plataforma puede dar el do de pecho con su catálogo, no siendo Netflix la única culpable de que la oferta esté siendo tan lamentable, y si me preguntáis, creo que Apple TV es la única que se salva, porque todas las producciones que le he visto en los últimos años están por encima de la media, y algunas son de una calidad sobresaliente, como es el caso de la serie Severance, o la reciente película de Tetris.

Y aquí estamos, con su nueva serie, Shrinking, que la traducción sería algo así como Contracción, y que en España la han titulado como Terapia sin filtro, siendo uno de esos pocos casos en los que tiene todo el sentido del mundo, porque precisamente de eso va la serie.

Parece que ha convencido a la crítica, no así al público, que la ha ignorado por completo a pesar de estar protagonizada por Jason Segel, ya sabéis, Marshall de Como conocí a vuestra madre, y por Harrison Ford. Una serie con Ford, cómo decirle que no… Pues lo han hecho. Y es una pena, porque estamos ante una serie que, si bien no revoluciona en nada, es tan buen rollera que es imposible no quererla. Una especie de Ted Lasso, que mira tú por dónde, también es de Apple, aunque aquélla haya tenido mucha mejor suerte.

Estamos ante una tragicomedia de diez episodios en la que cuesta un poco entrar en sus primeros capítulos, pero una vez aceptas las reglas del juego y eres participe de la locura de sus personajes, es imposible salir de una de las series más alocadas y surrealistas de los últimos tiempos, con una serie de situaciones a cada cual más hilarante. Y es que las risas están aseguradas, a pesar de no renunciar al componente dramático, ya que no deja de ser una serie sobre el duelo y la pérdida de un ser querido.

El gran protagonista es Segel, el cual también se encarga del guion y la producción, notándose ese toque canalla que ya demostró en propuestas como Paso de ti. Eso sí, alguien debería recomendarle que se mirará su obsesión por aparecer desnudo en todo lo que escribe, porque su anatomía ya que es como parte de la familia. Menudo cachondo está hecho.

Centrándonos en su interpretación, vuelve a hacer de sí mismo, aunque más desatado que nunca, y eh, por mí genial, porque es fabuloso cuando pierde los papeles. Adoro a este tío, y verlo de protagonista en una serie tan divertida y cargada de buenas intenciones es una delicia.

En cuanto a los secundarios, están todos fabulosos, sin excepción, agradecidos por unos personajes que son auténticos caramelitos. Y es que la clave de la serie son lo bien escritos que están dichos personajes y los inspirados diálogos, con una serie de cortes y reproches que dibujan una sonrisa en el espectador, logrando incluso la carcajada. De verdad que el nivel de vacile entre todos ellos es digno de aplauso, haciéndonos cómplices de sus locuras. Un circo de locos en el que es imposible apartar la mirada.

Y bueno, no puedo hablar de la serie sin hablar de uno de sus grandes reclamos: el señor Harrison Ford. Siempre es de agradecer verle en pantalla, ya sea la grande o la pequeña, y se nota que se lo pasa bien en no pocos momentos, pero no es el mejor del reparto, aceptando su rol de secundario y dando su espacio al resto de compañeros, aunque el póster indique lo contrario. Bien por él.

Y ojo, que no todo es perfecto, ya que hay cosas que se dan por supuestas, como el enfado de dos personajes para volver a estar de buenas al siguiente episodio sin dar mayores explicaciones, ni tampoco creo que estemos ante una serie de obligado visionado. A mí me ha encantado, pero vivimos tal nivel de saturación de series que es complicado invitaros a que le deis una oportunidad, aunque la merezca, porque quizás haya producciones mejores por ver. Eso ya queda a gusto del consumidor.

Y bueno, con un giro algo forzado, se insinúa una segunda temporada, cuando podrían haberse despedido con el final presentado. No sé si van a tener continuación o si van a caer en las garras de la cancelación, pero no me importaría reencontrarme con estos simpáticos y locuelos personajes, porque transmiten buenas vibraciones.

Y es que eso es precisamente esta serie, un lugar feliz y de confort en el que sentarte y compartir tus problemas mientras te echas unas risas. Vamos, una terapia, pero con humor. O, dicho de otra forma, una terapia sin filtros. Pues sí, han estado acertados con el título en España. Por fin.

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2 comentarios sobre “Terapia sin filtro (Shrinking) – Crítica – La divertida y simpática tragicomedia que no ha visto nadie

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  1. Puedes borrar mi comentario, porque solo quería hacer una indicación, no es a la crítica en sí, y es que «shrink» significa «psiquiatra» o «psicólogo», así que la traducción en este caso no sería lo de «contracción». El título en inglés tiene que ver con la serie.

    Estoy de acuerdo con la valoración. Es muy agradable de ver la serie y la estoy disfrutando.

    ¡Saludos!

    Le gusta a 1 persona

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