
Inestable, la nueva serie cómica de Netflix, y todos sabemos lo que eso significa. Cancelación. Pero no estamos aquí para hablar del futuro de la serie, más bien del presente. ¿Es una buena comedia, o más bien otro desastre de la plataforma? Pues me congratulo en anunciar que lo primero, aunque la crítica especializada no haya salido demasiado contenta…
En mi caso me he apuntado a la fiesta por la presencia de Rob Lowe, uno de los actores más infravalorados en Hollywood, hecho que descubrí en 2015 con la serie The Grinder, que Lowe también protagonizaba, y que fue cancelada. Vamos, el mismo destino que va a sufrir ésta si no se obra el milagro. Respecto a The Grinder, era una simpática serie en la que Lowe brillaba con luz propia, desplegando su vis cómica y abrazando las locuras de su personaje protagonista.
Y claro, esto tenía pinta de que iba a ir por los mismos derroteros, y así ha sido, con Rob Lowe volviendo a hacer de locuelo entrañable, siendo un rol que le funciona a las mil maravillas. Sólo con eso la serie ya merecería la pena, pero es que encima tiene muchas otras virtudes, no estando ante otra serie cómica del montón.

¿Y qué es lo que la diferencia del resto? Bueno, tampoco han reinventado la rueda, siguiendo el esquema básico de este tipo de propuestas, hasta el punto de parecerse a Space Force, esa fallida producción de Netflix con Steve Carell, sólo que aquélla no hacía gracia, y ésta sí. Ya tenemos un punto a favor, y si añadimos unos personajes a los que es imposible no querer, además de unos diálogos rápidos, divertidos y con guasa, tenemos la clave de la serie.
Y es que merece la pena ver los ocho episodios de esta primera, y es posible que única, temporada, porque está cargada de buen rollo, diversión y mala leche, con un Rob Lowe magnético y fascinante, al que es imposible no admirar. No sé por qué Hollywood no le da más papeles, pero aquí vuelve a confirmar que los merece. Por cierto, aprovecho para decir que sería un estupendo Tony Stark, pero serán cosas mías.
Y ojo, que el otro gran protagonista es John Owen Lowe, y si veis algún parecido entre ambos actores, es porque es el hijo de Rob, haciendo de padre e hijo también en la ficción. Y que nadie se confunda, no estamos ante el clásico enchufe de hijo sin talento, eh, Will Smith y Denzel Whasington, que ya os vale… No, aquí tenemos a un actor que sí sabe interpretar, siendo el contrapunto perfecto del personaje de Rob Lowe.

Te los crees, pero no porque sean familia en la vida real, sino porque ambos se entregan a la causa. Zanjando este apartado actoral, sobra decir que el resto están igual de espléndidos, sacando todo el jugo a unos personajes bien escritos y con algo qué decir. Nadie sobra, y todos aportan. Así sí.
Y bueno, dicho todo esto, no negaré que no es ninguna maravilla, pareciéndose a otras producciones de la casa, pero tiene un no sé qué, que qué se yo, que le da su toque único, siendo una opción recomendable si quieres pasar un rato divertido de la mano del señor Rob Lowe, un actor que debería tener mejor suerte. Y espero que esta serie recompense su talento, pero como ya digo, huele a cancelación, y la verdad es que sería una verdadera lástima. No seáis malos, y dadle una oportunidad porque, para una serie cómica que le sale bien a Netflix…
Crítica en vídeo:
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