Scream 6 (Scream VI) – Crítica (Sin Spoilers) – Ghostface viaja a Nueva York en otra decepcionante secuela dirigida a las nuevas generaciones

En 1996 se estrenaba ‘Scream‘, cinta de terror que cambió las reglas del género, siendo un clásico irrepetible (es mi película de terror favorita, junto con la secuela). Y como no podía ser de otra forma, justo un año después llegó una secuela, que cumplía la máxima de las segundas partes, que no es esa falacia de ‘Segundas partes nunca fueron buenas‘ (en realidad suelen ser las terceras…), sino más bien la de ‘Más y mejor‘. Y es que, para un servidor, la segunda entrega está al nivel de la original, formando un díptico tan delicioso como sensacional.

Pero ya sabéis que no hay dos sin tres, por lo que en 2000 llegó una tercera parte que no entendió casi nadie, intentando ofrecer algo distinto al cambiar el escenario del pueblo Woodsboro (y si nos podemos muy técnicos, de la universidad de la secuela) por un rodaje en Hollywood, jugando más que nunca con el recurso del metacine, y ofreciendo un fin de trilogía que, si bien no está al nivel de las anteriores, si es un divertimento la mar de entretenido que al menos arriesga y no se conforma.

Pero ya sabéis como funciona Hollywood, y en 2011 nos llegó una tardía cuarta parte, de nuevo con el maestro Wes Craven tras la dirección, y que decepcionó a muchos fans de la saga, servidor entre ellos. Quizás esperaba demasiado, ya que los tráilers eran maravillosos, pero no dejaba de ser un refrito de la primera entrega pero con menos gracia y personajes menos carismáticos. Y es que el trío original (sin olvidar al mítico Randy) es insuperable.

Después de ese (semi)fracaso, la codicia de los productores hizo que fuese posible una quinta entrega, de nuevo tardía, y con la promesa de ofrecer un soplo de aire fresco. Al final lo que ofrecieron es un escupitajo a la cara del fan más acérrimo (sigue doliendo la decisión que tomaron con cierto personaje…), volviendo a contar lo mismo de siempre (volvemos a asistir a un remake, aunque en esta caso de la cuarta parte, curiosamente más vilipendiada), y dejando claro que la saga ya no daba más de sí.

Pero como suele suceder, los números cuadraron, y la crítica y el público parecían más satisfechos (de nuevo, no lo entiendo, porque se repiten los patrones de la cuarta entrega al milímetro), por lo que dieron luz verde a una sexta entrega. Y aquí estamos, un año después, con una nueva secuela que me jure no ver. Pero eh, estamos aquí para jugar, con una película que ha vuelto a ser aplaudida por la crítica, con afirmaciones como ‘la mejor secuela de la saga‘, cosa que ya se dijo de la quinta, por lo que te puedes fiar lo mismo que de un león en ayunas.

Pues aquí estoy yo para daros mi más sincera opinión. Si bien no creo que sea tan desastrosa como la quinta parte (que para mí no existe), si que acaba siendo otra secuela para el olvido, empeñada en distanciarse de la saga y ofrecer novedades, pero siendo en realidad un remake de otra película de la franquicia. La secuela de la recuela. Lo sé, parece que no tiene sentido, pero lo dice uno de los personajes en la propia película, así que no matéis al mensajero…

Tras las cámaras repiten los mismos directores de la quinta entrega, y no negaré que se nota un esfuerzo y cuidado por ofrecer grandes momentos. El problema es que casi todos los hemos visto en los tráilers, en una torpe maniobra de marketing que impide disfrutar del resultado final. No hay lugar para la sorpresa, provocando una indiferencia ante un slasher que suena a ya visto. Han cambiado el escenario, pero las reglas siguen siendo las mismas. A mí no me engañan.

Y bueno, qué decir del guion… Sin paños calientes: es malo. Sólo hay que fijarse en la colección de incongruencias y la pereza de los guionistas para confirmar que esto es lo mismo de siempre, aunque con otro envoltorio. Soy consciente de que estamos ante una saga slasher con un gran componente cómico y autoconsciente, siendo algo injusto sacar la lupa para repasar la sarta de estupideces que nos presentan ante nuestros ojos, pero es que el problema es que esta sexta entrega se toma demasiado en serio a sí misma. Lo de que sea insultantemente predecible ya lo dejamos para otro día.

Los personajes nuevos no tienen el mismo carisma que el de los originales, siendo de nuevo injusto hacer comparaciones, pero es que me importan un pimiento, dándome exactamente igual su destino, por lo que al tensión se va por el retrete. No me convencen las hermanas Carpenter, ni sus amigos, ni los nuevos personajes introducidos en esta sexta parte. No tiene garra, no tienen chispa, no tienen nada. Aunque quizás no sea culpa de la película, porque sucede en las mejores casas (franquicias).

Por ahí se pasea Courteney Cox con su icónico personaje de Gale Weathers, y la verdad es que se podría haber quedado en casa, que es lo que ha hecho Neve Campbell (chica lista), porque está metida con calzador, y si la sacas de la ecuación no cambia absolutamente nada. Vamos, como en la quinta entrega, usando el recurso de la nostalgia para intentar enganchar a los incrédulos, de nuevo, como un servidor.

Y hablando de meter con calzador, también tenemos a una recuperada Hayden Panettierre con su personaje de Kirby, que se presuponía muerta en ‘Scream 4‘, pero que tras años de reclamaciones y peticiones por parte de los fans de la saga, ha vuelto por la puerta grande. Bueno, eso es lo que me hubiese gustado decir, ya que tampoco saben muy bien qué hacer con ella, presentándose de una forma inverosímil y forzada. Me alegro que se confirme que esté viva, porque su muerte fue un error en la cuarta entrega (era el mejor personaje nuevo de la película) pero no aporta demasiado a esta sexta película, notándose de nuevo el pegamento.

En el reparto están todos correctos (bueno, quizás alguno esté coqueteando con el premio Razzie, pero no me meteré en ese berenjenal), aunque si tuviese que destacar a alguien, sería a Dermont Mulroney, actor que siempre me ha convencido, y a la siempre estupenda Samara Weaving, que es una pena que no tenga más minutos para su lucimiento.

En conclusión, esto ya no es para mí, siendo, al igual que la quinta parte, una entrega dirigida a las nuevas generaciones, relegando a un segundo plano a los que disfrutamos de las primeras películas alquilándolas en los videoclubs o sentándonos en la butaca del cine dispuestos a disfrutar. Al igual que los personajes clásicos de la saga, somos los boomers a los que ya no deben rendir cuentas, dejando paso a las nuevas audiencias, deseosas de productos de terror que puedan consumir y olvidar al día siguiente.

Porque sí, ‘Scream 5‘ y ‘Scream 6‘ serán olvidadas en unos años (si queréis apostamos), pero las primeras entregas siempre formaran parte de la historia del cine, y creo que con eso está todo dicho. Remakes, recuelas, secuelas tardías o lo que os de la gana, pero esto ya no es lo mismo, y no me hace falta ver la presumible ‘Scream 7‘ (y te añado tres números más) para tenerlo claro, porque el cine ya no es el mismo, y la magia, tampoco. Benditos años 90…. Lo dicho, un boomer.

Crítica en vídeo:

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