
Seguramente, ‘Babylon‘ sea una de las películas más polémicas de los últimos años. Dirigida y escrita por Damien Chazelle, responsable de la maravillosa ‘Whiplash‘ o la no tan maravillosa ‘La La Land‘ (lo siento, sigo sin entender su fama), la película no ha gustado a los críticos, hasta el punto de haber sido ignorada en los Oscars, algo impensable cuando se anunció el proyecto. Por el contrario, parece ser que sí ha entusiasmado al público, defendiéndola a capa y espada, también algo impensable, generándose la eterna batalla entre crítica y público (y que, personalmente, creo que siempre van a ganar los segundos).
Pues bien, hechas las pertinentes presentaciones, y sin olvidar que estamos ante una sátira con reparto cinco estrellas (a pesar de ello, también ha sido un sonoro fracaso en la taquilla), toca pronunciarme. ¿Estamos ante una obra maestra incomprendida, o ante un fracaso absoluto? Pues ni una cosa ni la otra, ya que creo que es una buena película, cargada de virtudes, pero también de unos excesos que lastran el conjunto y la acaban convirtiendo en una producción tan irregular como fallida. Una cosa no quita la otra, pero mejor ir por partes.
Se le podrán reprochar muchas cosas al señor Chazelle (o no, eso ya depende del gusto de cada uno), pero de lo que no cabe duda es de que es un prodigio tras las cámaras. En esta ocasión, vuelve a desplegar su poderío visual, en una orgía de escenas que navegan entre la elegancia y el toque clásico, hasta lo escatológico (preparaos…). Estoy seguro que lo segundo habrá espantado a más de uno, y seguramente sea uno de los motivos del rechazo de la crítica (o que le tenían ganas a Chazelle, todo es posible), pero la verdad es que se juega con un contraste complicado, dando la sensación de que la película quiere ser demasiadas cosas. Y es que tienes que ser mucho Scorsese para que te salga algo tan redondo como ‘El lobo de Wall Street’, que creo que es lo que se ha pretendido, al menos en la primera hora.

Y hablando del tema, la primera media hora es el caos absoluto, y yo encantado, y en la siguiente hora se mantiene más o menos esa locura, para ir decayendo el ritmo y apostando por un tono más dramático, en un pastiche de ideas y géneros que acaba siendo algo irregular. Por otro lado, hablamos de una duración de tres horas, lo que quizás sea exagerado para según que espectadores, aunque aquí se obra el milagro. Porque sí, Chazelle consigue que no te aburras ni se pierda tu atención en todo el metraje, algo al alcance de muy pocos. Y es que estamos una de esas películas que casi no dan respiro al espectador, con imágenes incesantes para aturdir o maravillar al público. El espectador asiduo al cine de festivales, seguramente salga mareado del visionado, porque esto no es para él/ella, y creo que eso explica el malestar de los críticos.
Bueno, eso, y que estamos ante un sonoro bofetón a Hollywood, con la clásica moraleja sobre el precio de la fama y lo despiadado que puede ser el mundo del cine cuando ya no interesas. Da igual las veces que se cuente, porque siempre será un tema fascinante, y Chazelle lo aborda con picardía y riesgo. Y es que se le podrán achacar muchas cosas a ‘Babylon‘, porque perfecta no es, pero al menos es diferente, transgresora, y nada conformista, siendo digno de aplauso que el bueno de Damien haya perdido los papeles (¿tendrá algo que ver su ya famosa derrota ante ‘Moonlight‘?) con una locura que no deja de ser disfrutable.
Y si bien es cierto que estamos ante una crítica mordaz a Hollywood, tampoco renuncia a ser una bonita carta de amor al cine, ya que también se nos muestran las cosas buenas, reflejado a la perfección con el personaje de Brad Pitt, para un servidor, el más interesante de la cinta. Y ya que estoy, salto al reparto. Y es que me parece surrealista que Pitt se llevase un Oscar por su personaje en ‘Érase una vez en Hollywood‘ (un buen papel, pero lejos de sus mejores interpretaciones), y por esta gran actuación ni se le haya nominado, cuando para mí es superior. El juego de Hollywood.

Y qué decir de Margot Robbie que no se haya dicho ya. Bueno, quizás ya se le comiencen a ver sus trucos interpretativos, siendo una especialista en interpretar a auténticas lunáticas (hola, Harley Quinn), pero eso no quita que merezca todos los halagos del mundo por un trabajo que seguramente otra compañera de profesión no habría defendido tan bien, porque hay que darlo todo, y Robbie va sobrada de talento. A ella tampoco la han nominado, y me parece igual de criticable que en el caso de Pitt. No merecían ser ignorados, y menos porque el resultado final de la cinta no sea del agrado de los académicos, pero esa ya es otra historia. En cuanto a los secundarios, todos cumplen, aunque destacaría a un espeluznante Tobey Maguire jugando a ser el Joker. Y no le sale nada mal, pidiendo a gritos más papeles enfermizos. Parker se nos ha corrompido… Maldito Hollywood.
En conclusión, ‘Babylon‘ es una buena película, incluso diría que muy buena, pero eso no quita que haya contras (tono irregular, empieza muy fuerte, pero se va desinflando, ambiciosa…) que la impidan alcanzar el estrellato, que mucho me temo que es lo que pretendía el señor Chazelle (sólo hace falta fijarse en los minutos finales para apreciar que buscaba la obra maestra). Creo que su mejor película sigue siendo la estupenda ‘Whiplash‘, pero no tendría sentido quitarle méritos a ‘Babylon‘, una película que no se conforma y que quiere ir más allá. Al menos se ha intentando, y sólo por eso, merecía estar nominada. Pero parece que a Hollywood no le gusta que le canten las verdades a la cara. Lástima que hayan obviado el otro mensaje: el cine es magia. ¿Clásico de culto en unos años? Hoy en día es complicado, pero quién sabe. Hasta entonces, me quedo con lo bueno, que no es poco. Nos vemos en la siguiente, señor Chazelle.
Crítica en vídeo:
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