Presentar a estas alturas del cuento a Pamela Anderson, es una absurdez. Icono de los 90, hablamos de una modelo y actriz cuya vida y carrera se vio truncada por una serie de escándalos y tragedias que la acabaron sepultando en el vídeo, más allá de algunas apariciones esporádicas. Pero todo cambio con el estreno de la estupenda miniserie ‘Pam & Tommy’, ya que volvió a traer a la palestra el escándalo del vídeo sexual de Anderson con su marido de entonces, Tommy Lee.
Vista la miniserie, sus intenciones fueron las mejores del mundo, con un giro feminista en sus últimos episodios que confirmaba que estábamos ante algo más. Pero claro, se consiguió el efecto contrario, ya que todo volvió a salpicar a Anderson, hasta el punto de que se mostró visiblemente afectada de que se volviese a remover el avispero, afirmando que iba a contar su propia versión de los hechos en un documental de Netflix. Y aquí estamos, con un documental que no ha despertado el mismo interés que la miniserie. El juego de Hollywood.
Y es una pena, porque estamos ante una interesante producción, en la que la actriz nos abre el corazón, sincerándose y explicando momentos turbios de su pasado que dan sentido a una vida plagada de excesos. Anderson se muestra muy inteligente (rompiendo con su imagen de rubia tonta) al presentar un tono cercano con el espectador, siendo imposible no empatizar con ella, y confirmando que estamos ante una estrella que mereció mejor suerte y reconocimiento, porque lo único que anhelaba es que se la tomase en serio como actriz. Pero ya sabemos como funciona Hollywood, y más en los años 90, que no por mágicos (es mi década…) dejan de ser menos oscuros en algunos aspectos.
Pero no todo es perfecto en esta película, ya que casi se sobrepasan las dos horas de duración cuando se podría haber contado lo mismo en apenas hora y media cortando algunos segmentos. Por un lado, el documental dedica casi la mitad de su metraje al famosos video sexual de su protagonista y Tommy Lee (seamos sinceros, es lo que más morbo genera), confirmando que la miniserie de ‘Pam & Tommy‘ hizo muy bien los deberes (demasiado bien, de hecho), no contándonos aquí nada que no supiéramos de antemano si se viene de esa producción de Disney Plus. Es decir, Anderson prometió dar su versión de los hechos, pero si confiesas no haber visto la serie sobre tu vida, es normal que desconozcas que todo lo que relatas ya se ha explicado con anterioridad, quitándole efectividad a esa parte.
Por otro lado, entiendo el clímax de la película, mostrando esa merecida segunda oportunidad para la señorita Anderson, pero creo que se le dedican demasiados minutos, siendo un segmento que no tiene el mismo impacto y fuerza que lo visto anteriormente. Como espectador empático, quieres saber como le están yendo las cosas actualmente, pero si nos debemos a la verdad, lo que más nos interesa es su pasado, aunque hay un par de pasajes turbios que hielan la sangre. Y hasta aquí puedo leer.
En conclusión, un documental bien realizado y documentado, y que no deja de ser una carta de amor de Pamela Anderson al mundo que le dio la espalda. Es una lástima que nos perdiésemos a una actriz a la que no se le dio la oportunidad de brillar, como se ha hecho con tantas otras, y aquí tenemos este documento para desvelar las desvergüenzas de un mundillo que no estaba preparado para la inocencia y sensibilidad de que una persona que sólo quería cumplir sus sueños. Los rozo, pero no los alcanzó (dichoso vídeo…), aunque este documental sea un precioso premio de consolación. Si tienes interés en la actriz, no te lo pierdas. En caso contrario… dale una oportunidad. Gracias por tanto, Pamela Anderson, y perdón por tan poco.
Crítica en vídeo:
Ocio World 
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