
En efecto, 2022 ha sido un gran año para el cine español, seguramente el mejor de su historia. Y es que sólo hay que fijarse en la gran cantidad de buenas películas que han llegado a las carteleras (y plataformas), como es el caso de ‘El Test‘, ‘42 segundos‘, ‘Malnazidos’, ‘As Bestas’ o ‘Live is Life’, por citar sólo algunos ejemplos. ¿El problema? Pues que la mayoría han sido sonoros fracasos, a pesar de la buena calidad de las propuestas. Y por eso digo lo de que no estáis preparados para esta conversación, porque la mayoría no se ha enterado (o no ha querido) de que el cine español estaba pegando un sonoro golpe sobre la mesa en 2022.
Y es que se nota la desidia del público hacia el cine patrio, rompiendo con el mismo después de muchos años de desilusiones, y granjeándose una desconfianza (gracias a apostar durante años por dramas deprimentes y humor casposo) que ha explotado justo cuando el cine español está en su mejor momento. Es curioso, porque algunas películas han tenido una segunda vida y oportunidad en las plataformas, confirmándose que el futuro del cine español no está ya en las salas del cine.
La gente no va a coger el coche y pagar una entrada por un premiado drama que puede ver en el calor del hogar si tiene la suficiente paciencia (dos meses, a lo sumo). La gente va al cine a evadirse, era antes así, y ahora todavía más, y el cine español en las salas de cine ha pagado el pato, porque, ¿si un espectador no apuesta por un drama internacional, lo va a hacer por uno patrio? Todos conocemos la respuesta, aunque cueste admitirla.
Por no hablar del suicidio comercial que supone estrenar una cinta española en salas de cine para que al mes esté en las plataformas, y son varios los casos (la pista, la productora…). A poco que estés informado, ya ni te molestas en acudir a tu cine más cercano. Y es que el público se ha habituado a la plataforma como medio, siendo paciente y no queriendo gastar dinero de más. Bueno, a no ser que sea para lo nuevo del señor Santiago Segura, que ahí el público es incontestable y paga lo que haga falta. Y por eso vamos a volver a tener una avalancha de comedias tontorronas y perezosas (la mayoría son remakes de otros países o copian títulos…) que busquen calcar la fórmula del «genio del humor». Bienvenidos al futuro del cine español.
Dicho esto, es una pena que semejante calidad llegue al cine español cuando el público ha perdido el interés y ya es demasiado tarde para salvar los muebles. Estas películas se estrenan hace veinte años, cuando no existían las plataformas y los espectadores respondían bien a una película española de calidad (todavía recuerdo que ‘Tesis‘ estuvo un año en cines), y rompen la taquilla, pero hoy ya es demasiado tarde y ya está todo el pescado vendido. Y es que el futuro del cine español ya no está en los cines. Y seguramente, la calidad tampoco, y cuando nos queramos dar cuenta de que podríamos tener más años como el 2022, ya será tarde, mientras padecemos la nueva comedia española de turno.
2022, un gran año para el cine español, y un año para el recuerdo, aunque muchos lo vayan a olvidar. El cine que necesitamos, pero no el que nos merecemos.
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