’28 días paranormales (28 Days Haunted)’ es una producción de Netflix vendida como serie documental y que se compone de seis episodios de poco más de media hora cada uno. Estrenada en vísperas de una de las mejores fiestas del año (Halloween, por los despistados), no he podido resistirme ya que, a pesar de mi escepticismo, me atrae el tema paranormal. La verdad es que no esperaba un programa riguroso ni técnicamente fascinante, pero tampoco la tomadura de pelo que ha acabado siendo.
Técnicamente se conforma con poco, habiendo producciones similares muy superiores, pero no sólo en este apartado, más bien en todos. Y es que nada de lo que aquí se nos cuenta interesa, apoderándose el tedio del espectador en los seis capítulos que dura la agonía. Hay algunos destellos interesantes, como los conflictos entre los protagonistas (forzados y nada creíbles, eso sí), o el arranque de uno de los personajes en el último episodio, provocando una sesión de comedia involuntaria que no le sienta nada mal al conjunto. Lástima que sea un momento fugaz.
Y es que sus responsables se toman demasiado en serio el show, cuando quizás lo más inteligente y acertado habría sido diseñar un tren de la bruja que no exigiese al espectador creerse lo que está viendo cuando es evidente que es más falso que la honradez de un político. Lo de usar sin miramientos el nombre de los Warren ya es de hacérselo mirar, y lo del yerno (que no pinta nada) ya ni te cuento. Una engañifa presentada en los primeros minutos para intentar convencer al espectador de que esto va en serio y debe quedarse. No, no lo hagas. Para mí ya es tarde, pero no para ti…
En conclusión, no me importa que me intenten tomar el pelo (repito, intenten, porque esos armarios abriéndose…), pero al menos ofréceme un programa entretenido y no me aburras, siendo este último un pecado más sangrante que el hecho de pretender que nos creamos todo lo que acontece ante nuestros ojos. La verdad es que no se han esmerado demasiado en dar veracidad a su show, exigiendo una suspensión de la incredulidad que no merecen. No perdáis el tiempo.
Crítica en vídeo:
Ocio World 
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