Atraído por las positivas críticas, su sugerente premisa, y su curioso póster, he apostado por ‘El sistema K.E.OP/S‘, thriller argentino estrenado en Netflix. La verdad es que su punto de partida es bastante atractivo e interesante, presentándonos al típico perdedor que se mete en problemas, siendo acosado por unos individuos en la sombra, y viéndose obligado a llamar a su impredecible mejor amigo, desmadrándose todo desde que éste entra en escena. Como ya digo, hay mucho potencial en este film, pero el director y guionista es incapaz de mantener el interés inicial, en un thriller que acaba siendo más de lo mismo, ya que no ofrece nada nuevo.
Poco o nada se le puede reprochar a la labor tras las cámaras del director, ya que técnicamente la película luce bien, sin grandes alardes, pero confirmando que el responsable de la cinta sabe lo que se hace. Incluso os diría que he visto ecos del cine de los años 90, concretamente del de Álex de la Iglesia, con ese uso de la violencia, y con una trama que recuerda a esa maravillosa década. He sentido cierta nostalgia, y eso se lo agradezco, pero aparte de eso, poco más hay que rascar, en una historia mucho más convencional de lo que se pretende, perdiendo enteros a medida que avanza la trama. Es a partir del ecuador de la cinta cuando todo se desmorona, no siendo una mala película, pero tampoco nada digno de recomendar o recordar.
A pesar de que a los personajes les falta garra y no están muy bien dibujados (el protagonista parece un robot, y al amigo no le saben sacar todo su potencial), los actores están totalmente entregados, tanto los protagonistas como los secundarios, siendo uno de los elementos más inspirados de la producción. Y es que no hay que ser Sherlock Holmes para saber que lo que aquí falla es el guion, ya que la dirección y las actuaciones están muy por encima de la media.
En conclusión, no entiendo las entusiastas críticas, ya que ‘El sistema K.E.OP/S’ no ofrece nada nuevo, siendo un film que quizás te sirva como entretenimiento pasajero para pasar la tarde, pero que habrás olvidado una vez aparezcan los títulos de crédito. Una lástima, porque tenía los elementos suficientes para ser algo más, pero su responsable ha pecado de conformista, con una película que jamás va más allá, quedándose en otra del montón. Otra vez será.
Crítica en vídeo:
Ocio World 
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