‘Camera Café’ fue una mítica serie de televisión, en la que una serie de variopintos empleados se reunían frente a una máquina de café para discutir sus quehaceres de oficina. Reconozco que no era un gran fan, a pesar de lo ingenioso del formato, habiendo visto algunos episodios sueltos. Pues bien, diez años después de su despedida, los personajes regresan por la puerta grande con una película de la mano de los cómicos Ernesto Sevilla (director y guionista) y Joaquín Reyes (sólo guionista).
El tráiler ya prometía una rotura total con lo visto hasta el momento, y quien haya visto cualquier episodio de la inclasificable ‘Capítulo 0‘, entenderá que si les das un proyecto a Sevilla y Reyes, el resultado será tan ingenioso como bizarro. Y aquí estamos, con una película que prometía ser algo diferente, cumpliendo su palabra, aunque a un alto precio, ya que pasó desapercibida en su estreno en cines, y parece que el público no ha salido demasiado satisfecho de la experiencia, pero mejor vayamos por partes.
Se nota que Sevilla tiene inquietudes artísticas, porque la cantidad de filigranas y artificios que utiliza en esta comedia son incontables. La ambición está ahí, y no se puede negar que el debut cinematográfico del cómico convence, aprobando con nota y estando por encima de la media del cine español, con una estética nada conformista y que busca ser algo más. Sevilla ya había dejado claro que tenía tablas para el asunto en la mencionada serie, pero aquí lo confirma con un trabajo más que loable (atención a algunos planos o al momento del bucle). La corta duración del film redondea este apartado, por lo que chapó.
Lamentablemente, el guion no está a la altura con su avalancha de ideas, algunas ingeniosas, otras no tanto, y al que le cuesta hacer gracia, más allá de alguna sonrisa tímida. Es bastante chocante que dos cómicos de la talla de Sevilla y Reyes se queden a medias en el humor, más preocupados en impresionar al espectador con su variedad de sinsentidos (hay giros sorpresa, aunque son más predecibles de lo que nos quieren hacer creer), que en hacerle reír.
Está claro que han tirado la casa por la ventana y lo han apostado todo a un número, pero queda la sensación de que han errado el tiro y que se han quedado a medias de todo. Ojo, que se agradece que hayan arriesgado, y más teniendo en cuenta que este tipo de producciones no se suelen ver en el cine español, pero el asunto no ha acabado de cuajar. Y bueno, mucho me temo que los fans de la serie original se sentirán traicionados por un cambio de rumbo demasiado abrupto, por mucho que sean los mismos personajes.
En cuanto al reparto, Arturo Valls es el absoluto protagonista, sacándole todo el partido a su personaje, y demostrando la gran vis cómica que tiene. Es un actor que no siempre me convence en sus papeles (se nota cuando no está cómodo), pero que aquí lo da todo, resultando convincente y logrando que empaticemos con un tipejo ciertamente despreciable. Lo mismo se puede decir de los secundarios, todos entregados a la causa y formando un plantel de actores sensacional y que eleva el conjunto.
En conclusión, estamos ante una curiosa rareza, con algunos aciertos, pero que no acaba de convencer en su viaje psicotrópico sin rumbo fijo, con unos gags que se creen más graciosos de lo que realmente son. Estoy seguro de que Sevilla y Reyes pensaban que tenían una obra maestra entre manos (se huelen las ínfulas de artista), pero el público no les ha dado la razón, con una extraña comedia que me temo que será olvidada con el tiempo, a pesar de su originalidad y ambición. Las intenciones eran buenas. Los resultados, no tanto. Otra vez será.
Crítica en vídeo:
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