Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (Chip ‘n’ Dale: Rescue Rangers) – Crítica – Disney sorprende con una arriesgada sátira dirigida al público adulto

Recuerdo con cariño la serie ‘Chip y Chop‘ (‘Chip ‘n’ Dale’ en Estados Unidos), ya que la veía de pequeño y me encantaban sus dos grandes protagonistas (la respuesta animada a Indiana Jones y Magnum). Parecía que la popular serie y sus entrañables personajes iban a quedar atrapados en el recuerdo y la nostalgia, pero Disney ha decidido traerlos de vuelta, ya que parece ser que todo regresa, sin excepción. Lo que nadie esperaba es que lo fuese a hacer de esta forma, como ya adelantó su sorprendente tráiler (que es el que me convenció de que tenía que ver esta locura), siendo una sátira que apuesta por el público adulto, con ecos de ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ (salvando las distancias) y con un humor ácido. Pues bien, una vez vista, puedo confirmar que la película no se conforma con ser un producto infantil al uso, siendo una propuesta claramente arriesgada, pero dejando la sensación de que no aprovecha su potente punto de partida.

Y es que aquí nos presentan a los actores de la serie (que no los personajes) muchos años después, con un despiadado Hollywood que les ha dado la espalda, y teniendo que unirse de nuevo (después del clásico distanciamiento de años) para resolver un misterioso caso en el que un amigo se ha visto envuelto. No es ningún secreto que el guion bebe del cine negro y detectivesco, aunque con un misterio que jamás busca sorprender (de hecho, hacen mofa sobre ello) y renunciando a un suspense que le habría venido de perlas a la función.

En lo que respecta al humor, sí, es hilarante y grueso, con constantes referencias al lado oscuro de la fama, la drogadicción, el fracaso, o dardos a ciertas animaciones fallidas (hay un recurrente gag que es una maravilla, y sí, me refiero al erizo…), entre otras «delicias» de la vida, siendo obvio que Disney no ha dirigido esta producción a los más pequeños de la casa, los cuales quizás se entretengan con la aventura que se les presenta, pero sin que vayan a entender ni la mitad.

Las comparaciones son odiosas, pero el nombre de Roger Rabbit ha salido bastante a la hora de hablar del film, pero mientras que aquélla tenía un tono bastante sombrío y tétrico, no abandonaba su intención de ser un triunfo para los niños, y de ahí que hoy en día sea un clásico de culto. Aquí no se puede decir lo mismo, porque ‘The Lonely Island‘ (mi querido Andy Samberg dobla a uno de los protagonistas y otro de ellos es el director) ha querido hacerla muy alocada y desenfrenada (aunque jamás sobrepasando los límites), impidiendo que los más pequeños puedan disfrutar como el resto.

Es un movimiento atrevido y, hasta cierto punto, elogiable, siendo una carta de amor a los años 90 (el espíritu y sabor añejo están ahí) y a los que crecieron con la serie (que ahora son adultos), siendo conscientes en Disney de que quizás las nuevas audiencias no estuviesen demasiado pendientes de este regreso, y de ahí el inesperado (aunque destripado en el tráiler) resultado final. Bien por ellos, aunque todo suene a ya visto.

En lo que respecta a los cameos, se agradece que la cinta no dependa de ellos, siendo un recurso simpático y divertido, pero que no deja de ser un añadido (y si queréis, anzuelo) para hacer más atractiva la función, presentando una premisa que, a pesar de ser predecible y algo rudimentaria, se sustenta por ella sola. Vamos, que esto no es un festival de cameos y apariciones sorpresa al uso, siendo un elemento extra que suma, pero que no eclipsa lo realmente importante, que no es otra cosa que la historia.

La dirección cumple, aunque se percibe cierto aire televisivo (es decir, de directo al mercado doméstico). Eso sí, la animación es ingeniosa, con una estupenda combinación de técnicas, y presentando un mundo en el que la interacción entre humanos y dibujos no chirría, al contrario que en otras producciones similares. Chapó.

Dicho todo esto, la película es correcta, entretiene y tiene momentos muy logrados, pero genera sonrisas, no risas, y da la sensación de que se conforma con ser atrevida (un aplauso a Disney y su política de ‘me da igual todo’), pero nada más, y sin que realmente ofrezca nada nuevo. Como divertimento sirve, y hay guiños constantes para los más nostálgicos, pero dudo que en unos años se mantenga el furor que está despertando en su estreno. Y creo que, en el fondo, eso lo tenemos todos claro. La película es lo que le habría gustado ser a la horrible y olvidada ¿Quién está matando a los moñecos? (The Happytime Murders)’, y se agradece que no sea un desastre e insulto a los fans como ‘Space Jam 2’, pero ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ sólo hay una, y jamás se logrará nada similar. Jamás. Buen intento.

Crítica en vídeo:

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