
‘La familia perfecta’ es una comedia española que se estrenó en plena época navideña (siendo un ligero éxito), y que cinco meses después ha aterrizado en Netflix (la plataforma es productora del film). Las críticas fueron bastante entusiastas, aunque las reacciones del público no tanto. Una vez vista, lo entiendo, ya que estamos ante una fallida comedia que no tiene muy claro qué quiere ser, pero mejor ir por partes.
Poco se puede reprochar a los aspectos técnicos de la cinta, siendo una labor tras las cámaras resultona, sin grandes alardes y que cumple, sin más. Aquí el problema es el guion, presentándose como una comedia de enredos en la que dos familias opuestas están obligadas a llevarse bien (que es como se vendió en el engañoso tráiler), para luego apostar por una trama romántica que no va a ningún lado, y finalizando como un interesante alegato feminista. Lo sé, de locos, pero no me miréis a mí, ya que se nota que la guionista ha querido contar muchas cosas, pero le ha salido un producto caótico y muy extraño, como si fuesen tres películas en una.
Obviamente, me quedo con el último acto, renunciando a la comedia (bueno, comedia…), y lanzándose sin miedo al drama con mensaje. Mira que este tipo de volantazos no suelen ser de mi agrado, pero es que es lo mejor de la cinta, porque sus dos primeros actos pecan de insípidos, tópicos y sin nada rescatable, dejándote la sensación de que esto lo has visto antes, pero mucho mejor. Ya que me plantas el cliché de la familia pija y la familia de barrio (y los prejuicios que hay en ambos bandos), al menos aprovéchalo, porque es así como se ha promocionado la película, y ya os adelanto que esta trama se pierde en el horizonte, sin que se sepa mucho más al respecto.

Y es que la película se despista en no pocas ocasiones, abandonando conflictos (el clásico suegra contra nuera, el romance prohibido) sin previo aviso, como si asistiésemos a una producción televisiva y no a una película de cien minutos. En una serie tienes tiempo para hacer lo que te dé la gana (es una de las muchas ventajas respecto al cine), pero en una película no, y aquí están los resultados, con una comedia que quiere ser muchas cosas, pero que al final se queda en nada. No creo que tampoco sea un desastre (la media hora final la salva de la quema, porque la primera hora…), pero no la recomendaría a nadie, ya que tienes que aceptar las reglas del juego para salir satisfecho del visionado.
Entiendo el descontento del público, y más si tenemos en cuenta que las risas brillan por su ausencia en esta propuesta, cosa tan inesperada como desalentadora. Y es que no hay nada peor que una comedia sin gracia, y ésta no tiene ni pizca. Ese es el último clavo en su ataúd, porque si al menos hubiese apostado por el humor cafre… pero ni por esas. Que sí, que las intenciones son las mejores del mundo, pero no son suficientes, y más cuando tú misma (hablo en femenino porque me refiero a la directora o a la guionista, quien prefiráis) renuncias a promocionar tu película como lo que realmente es. No tiene sentido.
En cuanto al reparto, si tienes a gente como Belén Rueda, José Coronado, Gonzalo de Castro o Pepa Aniorte, sabes que van a aprobar con nota, en especial la primera, aunque es bastante increíble lo desaprovechados que están los otros tres, y eso que Aniorte tiene el mejor momento de la cinta. No sería justo olvidarse de la joven pareja compuesta por Gonzalo Ramos (menudo cambio respecto a ‘Física y Química’, y me refiero al interpretativo) y Carolina Yuste, ofreciendo ambos unas actuaciones más que convincentes, especialmente la segunda.
Y eso es todo, siendo una ambiciosa comedia, que quiere tocar todos los palos posibles, pero que al final se desvanece como un producto más olvidable y menos logrado de lo que sus responsables se pensaban. No quiero ser tampoco injusto, porque el giro que da en su media hora final me parece interesante (aunque algo predecible), pero no es suficiente para convencernos de que sea una buena película, porque no lo es. En fin, una comedia fallida, insustancial e… imperfecta.
Crítica en vídeo:
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