El hombre del norte – The Northman – Crítica – Robert Eggers ofrece una visceral y visualmente fascinante historia de venganza, aunque acabe siendo más convencional de lo esperado

Robert Eggers es uno de esos cineastas inclasificables, que ofrecen un cine diferente, y a los que llaman autores. Hace unos años sorprendió a propios y extraños (aunque si hay que ser sinceros, enamoró a los críticos y espantó a la mayoría de espectadores) con su interesante debut, ‘La Bruja (The Witch)’. Personalmente, me pareció una obra fascinante en lo visual, además de contar con un reparto impecable y no pocos momentos tétricos, pero debo confesar que no me acabó de convencer la propuesta. Exactamente lo mismo se puede decir de su siguiente trabajo, ‘El Faro (The Lighthouse)’, una propuesta todavía más enfermiza y malsana, con unos pletóricos Willem Dafoe y Robert Pattinson (aprovecho para decir que ambos merecieron sendas nominaciones en todos los premios habidos y por haber), y que no dejaba indiferente (todavía no sé qué demonios vi…).

Hecho el repaso a su breve (pero intensa) filmografía, creo que es una obviedad indicar que estamos ante un director extraño, que no se casa con nadie, y que no ha venido aquí a hacer amigos (y me refiero al gran público). Su cine es de ese de ‘o lo tomas o lo dejas’, y aunque no tengo ningún problema en aplaudir su labor tras las cámaras, no puedo negar que no acabo de conectar con su estilo narrativo, a pesar de concederle sus virtudes, que no son pocas. Ahora ha probado suerte con su proyecto más ambicioso hasta la fecha, una historia de venganza y vikingos, y que ya ha generado alguna polémica. Una vez más, ha encantado a los críticos, pero ha sido ignorada por el público, y los desprecios que se ha llevado la cinta a la salida del cine, me confirman que los que han apostado por ella se han arrepentido.

Y es que estamos ante una propuesta que no es para todos los paladares, aunque tampoco tan diferente como se cree. Entiendo la fascinación de los críticos por el film, porque esto es lo que les gusta, pero que tampoco me la vendan como una obra maestra, porque no creo que lo sea. Eso no quiere decir que no me haya convencido (para mi sorpresa, ya que me temía lo peor después de leer algunas reseñas), siendo una película mucho más entretenida de lo que esperaba, y presentando un estilo visual y narrativo que haría las delicias de Mel Gibson (recordar su proyecto frustrado de vikingos con Leonardo DiCaprio como gran protagonista). Dicho todo esto, es mejor desgranar todos los puntos del nuevo film de Eggers, para intentar explicar por qué creo que es una propuesta tan estimable como convencional.

Eggers ofrece otro trabajo fascinante en la dirección, siendo prácticamente imposible encontrarle algún reproche. No obstante, la película opta por derroteros que restan al conjunto, con algunas caídas de ritmo, siendo su primer y último acto los mejores, pero con diferencia. Cierto es que el nudo resulta interesante, pero no está jamás al mismo nivel del espectacular arranque y el épico desenlace. Creo que Eggers debería haber apostado por un tono más bélico, en vez de conformarse con una historia tan intimista, lo que me lleva a la gran pregunta: ¿Cómo es posible que esta película haya costado la friolera de 90 millones de dólares?

Hay momentos que son impresionantes, en especial en los actos mencionados, pero no son suficientes escenas épicas como para justificar tamaño presupuesto. No se puede negar que quizás en los 90, y con un director más excesivo, esto podría haber sido mucho más costoso, pero hacer un drama de vikingos, con aire de cine independiente, y tan explícitamente violento (aunque menos de lo que se está diciendo, por fortuna para la niña pequeña cuyos inconscientes padres han llevado a la sala…), no es la mejor idea del mundo si se quieren obtener beneficios. Tampoco hay que ser economista para darte cuenta. Creo que ahí Universal ha pecado de inocente, y que al amigo Eggers se le ha ido bastante la mano, a pesar de sus quejas porque el estudio le haya pasado la tijera al montaje. No creo que la película luzca para haber costado tanto, pero luce estupendamente bien. Una cosa no quita la otra.

En cuanto al guion, también cortesía de Eggers junto a otro compañero, resulta mucho más convencional y tópico de lo esperado, presentando la clásica historia de venganza, una que ya hemos visto todos y que no deja lugar para la sorpresa. Sí, la dirección es apabullante, como ya se ha indicado, pero el guion no me parece tan memorable como se está vendiendo. Ojo, que la película cumple en su cometido de presentar una epopeya repleta de vikingos sedientos de sangre, pero esto no deja de ser ‘Hamlet’ (Eggers no se esconde, ya que el protagonista se llama así, tal cual…), con referencias constantes a la obra de William Shakespeare (y si me apuras, a la mítica ‘Conan‘). Lo dicho, que esto suena a ya visto, aunque no deje de ser una (super)producción que cumple su cometido.

Alexander Skarsgård convence en su papel protagónico, en especial cuando desata su furia. Seguramente, uno de sus personajes más agradecidos, sacándole provecho a su imponente físico. En cuanto a los secundarios, están correctos, con momentos para su lucimiento, pero ni Nicole Kidman, ni Claes Bang (el ‘Drácula‘ de Netflix), ni Anya Taylor-Joy brillan como en otras ocasiones, quizás debido a la frialdad del conjunto (a la película le falta corazón, al menos en los primeros compases), incapaz de que sus interpretaciones desaten todo el talento que poseen. Tampoco tiene sentido pararse en los siempre brillantes Ethan Hawke y Willem Dafoe, entre otras cosas porque sus aportaciones son anecdóticas, siendo inevitable que me venga a la cabeza la palabra ‘desaprovechados‘. Una pena, pero es obvio que Eggers se ha rodeado de semejante plantel (algunos viejos conocidos) para darle más caché a la cinta, pero no sé hasta qué punto ha sido engañosa la promoción del film.

Y por último, pero no menos importante, sería un error obviar la estupenda banda sonora de la película, dotando de más emoción a los momentos épicos que pueblan la propuesta, aunque como ya he indicado, no son demasiados. Buen trabajo, redondeando el apartado técnico.

En conclusión, no considero que sea la maravilla que se está diciendo de ella, ni tampoco una mala película, más bien un film correcto, más mainstream de lo que se está diciendo, y que si escandaliza o arquea la ceja del espectador, es por algunas rarezas cortesía de la casa. Eso es todo. No me atrevería a decir que sea el mejor film del director (aunque lo piense), porque creo que sus otros trabajos eran más personales, pero debo confesar que he salido satisfecho del cine, sentimiento que ya os adelanto que no han compartido el resto de espectadores (por cierto, un gusto ver la sala tan llena), y me temo que va a ser la opinión generaliza.

Sí, otro caso claro de crítica vs. público, aunque en esta ocasión me encuentro entre dos aguas. Y es que Eggers no es para todos los paladares, pero oiga, es uno de los cineastas más arriesgados y singulares del panorama cinematográfico actual, y eso hay que aplaudirlo. Una pena que el público vaya a ignorar su nueva película, al igual que hicieron con las anteriores. El pan de cada día en el mundo del cine, pero todavía no sé por qué pilla a algunos por sorpresa. En fin, nos vemos en la próxima, señor Eggers.

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