
Le pese a quien le pese, ‘Cobra Kai’ es una de las series del momento. La continuación de ‘Karate Kid’ comenzó su andadura con el fallido intento de Youtube de ser una plataforma de streaming. Por fortuna, Netflix la rescató, con una tercera temporada todavía más épica y que nos confirmaba que estábamos ante algo grande. Muchas voces aseguran que estamos ante una telenovela para adolescentes, con giros imposibles y que no se toma en serio a sí misma, y quizás no les falte razón, pero siempre se olvidan de recordar lo adictiva que es, porque no recuerdo querer ver todos los episodios del tirón con ninguna serie que esté en activo. Y es que yo no tengo prejuicios de ningún tipo, disfrutándola como la gran serie que es, y logrando que no me canse de ella.
Todo se podría haber torcido con esta cuarta temporada, con un regreso esperado (o no) y un cacareado duelo final a la altura de las circunstancias. Pues bien, una vez vistos sus diez episodios (los cuales se pasan como un suspiro), os puedo confirmar que da exactamente lo que promete, siendo otra sensacional entrega que deja con ganas de más. ¿Cuántas series pueden decir eso hoy en día? Lo digo por los de la telenovela, que tampoco entiendo porqué la siguen viendo, pero esa es otra historia.

La dirección es la que es, con un formato demasiado convencional en algunos momentos, pero con unos combates estupendamente coreografiados y muy superiores a los vistos en cualquier película de la saga. La serie es consciente de sus limitaciones y de a qué publico está dirigida (aunque para mí es a cualquiera), apostando por un tono que navega entre lo cómico y distendido, y el drama y lo épico, dando clases de cómo se debe manejar una serie. Aquí se busca entretener, y vaya si lo consiguen los muy condenados, respetando el espíritu de la saga y trayendo nuevos elementos que funcionan a la perfección.
Y sí, me refiero al regreso de ese viejo lobo (aunque el actor es un año menor que el de Dani LaRusso…) llamado Terry Silver, y que muchos observaron con escepticismo, y lo puedo entender. Porque sí, la tercera parte es la peor de todas (la cuarta no existe, y el remake menos…), siendo una desfasada propuesta con un villano demasiado hilarante y pasado de roscas. No era una buena película, eso lo tenemos todos claro (incluso los propios responsables), pero tampoco el desastre que se dijo de ella.
El hecho de que los guionistas la hayan hecho canon (lo que allí aconteció es clave en esta cuarta temporada), trayendo de vuelta a un villano tan indescriptible, es digno de aplauso y elogio. El cementerio está lleno de valientes, pero los responsables de esta surrealista decisión han salido totalmente airosos, riéndose de dicha tercera parte (ojo a la explicación del comportamiento de Silver, con una lógica aplastante) y siendo conscientes de sus excentricidades. Algo que no funciona en otras producciones (no daré ejemplos…), aquí es música celestial.

¿El resultado? Regalarnos uno de los mejores personajes televisivos de los últimos años, con una evolución magistral, y componiendo un villano que ya quisieran muchos. Se podría haber apostado por lo fácil, manteniendo su alocada personalidad, pero los guionistas lo cocinan todo a fuego lento, confirmando que este regreso ha sido una idea tan fantástica como incuestionable. Yo me alegré con la noticia de su vuelta, porque adoro los villanos histriónicos, pero lo que aquí nos han regalado es algo más, siendo el gran pilar de esta nueva entrega, y dando todavía más vida a la serie. Obviamente, gran parte del mérito es de un espectacular Thomas Ian Griffith, saboreando el regalo y aprovechando la segunda oportunidad que se le ha dado. Fabuloso.
Y hablando de novedades, pensaba que Kenny (clon de Miles Morales), una de las nuevas incorporaciones, iba a estar metido con calzador, ya que a estas alturas del cuento no suele ser buena idea introducir nuevas tramas, pero me equivocaba. Estamos ante una interesante subtrama que mueve la principal, siendo otro soplo de aire fresco. ¿Lo necesitaba una serie que de por sí ya funcionaba? Quizás sí o quizás no, pero me ha convencido, así como el resto de añadidos.

Los guionistas tienen las ideas muy claras, eso está claro, y si no prestad atención a la evolución de personajes, siendo en todos los casos una maravilla y no optando por la vía fácil (ya sabéis, ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos). Todos tienen algo qué decir, desde los que tienen menos minutos, hasta los grandes protagonistas, con personajes mucho más complejos de lo que se aparenta. Los que quieran ver una serie simplona y sin matices, perfecto, pero yo estoy contento de ser consciente de que estamos ante algo más, y no sólo ante una serie de karate que busque contentar a los fans. No negaré que no todo es perfecto, ya que hay algunas decisiones argumentales algo cuestionables, pero es a gusto del consumidor. Además, ¿qué serie se puede jactar de ser perfecta? Pues eso.
Respecto al reparto, todos brillan, desde los más experimentados (increíbles Ralph Macchio, William Zabka, Martin Kove y el mencionado Griffith), hasta los más jóvenes (como un emotivo Xolo Maridueña, una entregada Peyton List, con un personaje nada sencillo, o un sentido Tanner Buchanan). Nadie desentona o sobra, dando lo mejor de sí mismos, en un agradecido elenco que engrandece el conjunto final.
Podría seguir elogiando la serie hasta el infinito, pero me limitaré a concluir afirmando que es una de las mejores series del momento (quizás la mejor) consiguiendo que sea adictiva y rabiosamente entretenida. Soy consciente de que el (acertado) hecho de que los episodios sean de apenas media hora tiene mucho que ver en su éxito, y su tono ameno y distendido también ayuda, pero ahora mismo es la propuesta que más me entretiene y atrapa, siendo un regalo para los fans y una producción que da lo que promete. ¿Se puede pedir algo más? No lo creo. Y sí, habrá una quinta temporada, que espero que sea la última, porque si hacen las cosas bien y la nueva entrega está a la altura de las anteriores, podremos hablar sin problemas de una de las mejores series de la historia. Y no, no estoy de broma. Gracias, ‘Cobra Kai’.
Crítica en vídeo:
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