
‘Un padre por Navidad (Father Christmas Is Back)’ es otra comedia navideña de Netflix, y digo otra porque se han estrenado tropecientas más, con una serie de producciones que poco tienen que envidiar a la sobremesa de las tardes de Antena 3. Y es que, poco a poco, la plataforma se está convirtiendo en otra cadena de televisión, pero esa es otra historia. Aquí estamos para hablar de esta película, la cual ha sido masacrada por la crítica, hasta el punto de que la han definido como el ‘anti-Love Actually’. Palabras mayores.
La gran pregunta es: ¿de verdad es tan mala? Pues no me atrevería a decir que es una buena película, pero tampoco considero que sea el desastre que se está diciendo, ya que en la absurdez de la propuesta radica su mayor logro, distanciándose de otras de la misma índole. Cierto es que la dirección es la esperada en un producto de estas características (es decir, formato televisivo), pero al menos los tres guionistas (en efecto, tres…) se esfuerzan por hacer un producto navideño que combine gamberrismo y emotividad, cosa que no se suele ver, más allá de algunas honrosas excepciones.
Ojo, no estoy diciendo que hayan reescrito el género navideño ni esto sea el colmo de la originalidad (la familia protagonista se apellida Christmas…), pero hay un par de gags logrados, los personajes resultan interesantes y la trama, aunque insustancial y ya vista, funciona, siendo un producto perfecto para los amantes del género y los que no tengan las expectativas demasiado altas. La película tiene como objetivo principal entretener, y no creo que nadie se aburra en sus ajustados cien minutos, a no ser que no se le haya perdido nada en esta fiesta. Y es que es mejor tener claro dónde te has metido. En caso contrario, seguramente le acabes dando la razón a los críticos.

Por supuesto, la cinta sería bastante peor de no contar con un elenco tan atractivo, con rostros conocidos como Elizabeth Hurley (la cual estaba bastante desaparecida), Kris Marshall (que estoy seguro de que se arrepiente de haber abandonado ‘Crimen en el paraíso’), John Cleese o Kelsey Grammer. Lo sé, chirría ver a semejantes intérpretes en algo así, pero al menos parece que se lo pasan bien, especialmente unas hilarantes Nathalie Cox y April Bowlby. En efecto, el reparto es lo mejor, pero también te llevas unas cuantas risas (la película es mejor cuando abraza su locura sin pudor alguno) y un mensaje que, aunque ñoño y más visto que el tebeo, no está de más.
En conclusión, no me atrevería a recomendar esta comedia navideña, porque entiendo parte del descontento de la crítica, pero si te gustan este tipo de producciones, quizás, y sólo quizás, salgas satisfecho del visionado. Yo he sabido apreciar su desvergüenza, no conformándose con ser otra comedia sin chispa ni gracia. Y sólo por eso, ya la rescato del averno. Vosotros mismos.
Crítica en vídeo:
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