Claroscuro – Passing – Película Netlflix – Un drama racial tan inverosímil como insustancial

La ‘Suspensión voluntaria de la incredulidad’ es un término que usaba el mítico crítico de cine Roger Ebert, y que viene perfecto a la hora de hablar de este nuevo film de Netflix. Y es que la película tiene una premisa que cuesta asimilar y que exige demasiado al espectador (de ahí lo de la suspensión), presentando a una joven negra que se hace pasar por blanca, y a una amiga, también negra, que anhela lo mismo, hasta el punto de que, en cierta escena, también logra pasar por blanca. Quizás sea yo, pero a mí esto me parece más ciencia ficción que un drama, ya que estamos ante una idea ridícula que te saca totalmente de la película. Con uno de los personajes quizás tenga un pase, ¿pero con las dos protagonistas? Ni en La dimensión desconocida, oiga.

Como no podía ser de otra forma, los críticos la han aplaudido hasta con las orejas, ya que hablamos de un drama de temática racial y LGTB (insinuado, no ejecutado, lo que es una verdadera lástima), combinación ganadora de cara a la temporada de premios, aunque en este caso no estemos ante un bodrio del calibre de La madre del blues. Por el contrario, nos encontramos ante un drama que peca de inverosímil (no voy a repetirme, pero a los hechos me remito) e insustancial, presentando una historia que pretende ser mucho más trascendente de lo que termina siendo.

La estupenda actriz Rebecca Hall se encarga de la dirección y el guion (adaptación de una novela), siendo su debut tras las cámaras. Se notan sus pretensiones de ofrecer un producto de autor, con un blanco y negro que seguramente muchos alaben, pero que es un recurso que no aporta demasiado a la historia, más allá de evocar la época en la que transcurre. Respecto a la historia, no me atrevería a decir que es aburrida, pero tampoco ofrece nada especialmente memorable, en una propuesta que quiere ser forzosamente emotiva, pero que a mí me ha dejado igual. Y no hablemos de los saltos temporales, inexplicables y confusos, como si nos estuviésemos perdiendo algo.

Y llegamos al mejor punto del film, que no es otro que el reparto, con dos actrices protagonistas totalmente entregadas a la causa, especialmente una Ruth Negga con una interpretación cargada de matices y con un personaje nada sencillo. Tessa Thompson también ofrece otra actuación convincente y cargada de fuerza, siendo un dúo actoral con mucha química en pantalla, aunque la historia no les permita desarrollar su potencial. La verdad es que no tendría reproche alguno si se nominase a alguna de ellas a algún premio. Lo del resto de apartados ya es otra historia, con especial mención a la banda sonora, siendo siempre la misma melodía una y otra vez. La primera vez resulta curiosa, la segunda pues vale, pero la undécima vez quieres matar al maldito pianista.

En conclusión, un drama racial que presenta la misma denuncia social de siempre, sin aportar absolutamente nada nuevo, y con una relación lésbica que se insinúa y jamás va más allá. Vamos, que se queda a mitad de todo. ¿Es un desastre? No (las actrices elevan el conjunto), pero te deja igual que estabas, y la indiferencia que provoca la sentencia como uno de los films más olvidables (y seguramente sobrevalorados) del año, a pesar de sus pretensiones, que no son pocas.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: