Kate – Película Netflix – Un intento fallido de ser la nueva John Wick

Kate es la nueva propuesta de la temible plataforma de Netflix, la cual suele obsequiarnos con mediocridades semana sí, y semana también. En esta ocasión nos ofrecen una coctelera en la que han metido Leon: El profesional, Crank y John Wick, aunque sin la maestría de la primera, la hilaridad de la segunda, o la eficacia de la tercera, siendo un refrito que sirve para pasar el rato, pero que está muy lejos de alcanzar a las producciones que pretende imitar. Al menos no es otro desastre de Netflix, que ya es bastante, pero tampoco nada digno de recomendar, por mucho que seas un amante del cine de acción.

El director no ha dirigido nada desde hace cinco años (su debut y única película hasta el momento era la secuela de Blancanieves y el Cazador que nadie vio), y no puede decirse que sus años sabáticos le hayan servido de mucho. La dirección es una de cal y otra de arena, con unas persecuciones terribles (con unos efectos especiales dignos de otra década), aunque con unos combates y tiroteos que no están mal. Repito, no están mal, tampoco nos volvamos locos, que la trilogía protagonizada por John Wick le da un buen repaso (como la primera, sin ir más lejos, estrenada bastantes años antes que ésta). La gran pregunta es: ¿de no haberse estrenado John Wick, existiría Kate? La respuesta es un rotundo no.

Sé que está feo lo de comparar, pero ya que pretende parecerse a aquéllas, no está de más mencionarlo, por si hay algún despistado que acabe en ésta y no haya reparado en la estupenda trilogía de acción con Reeves. Son distintas ligas, eso es obvio (por no decir que Kate es la versión de estar por casa). Respecto a la violencia, tan destacada por los espectadores que la han podido ver, sinceramente, no es nada que se haya visto con anterioridad en films mucho mejores y con más mala baba. ¿Qué tiene la película que la haga destacar en el apartado técnico? Exacto, casi nada, pero al menos no es el espanto que podría haber sido (de nuevo, por parte de la plataforma).

‘Ripley protegiendo a la niña del film. Perdón, película equivocada…’

No obstante, cuando la acción no hace acto de presencia, la película causa la misma fascinación que contemplar una pared blanca durante horas, debido a un guion falto de ideas y unos diálogos que nos suenan de algo. Si me habéis leído con anterioridad, sabréis que suelo abusar de la frase «esto ya lo hemos visto antes», pero no tengo culpa de la falta de originalidad de las películas de la plataforma (bueno, y de cualquier otra), siendo un reproche que también se puede aplicar en esta ocasión. Porque sí, todos hemos visto esta película, y los casos expuestos más arriba son un claro ejemplo de ello. Originalidad cero, pero al menos nos podemos consolar con algunas escenas de acción decentes. Hasta ese punto hemos llegado… Gracias, Netflix.

Eso es una cosa, la otra es no reconocer que el guion es más plano que un folio, visitando lugares comunes y pecando de conformista y predecible (ese giro final…), al no ofrecer absolutamente nada nuevo (incluso el duelo final lo han plagiado de otra película, también con Woody Harrelson). Por suerte, en esta ocasión solamente una persona se ha encargado del guion, demostrando que este tipo de trabajos tan insustanciales pueden ser cosa de uno, y no de tres o cinco, como en otras producciones similares. Al menos el guionista es leal a la premisa principal, no amenazándonos con una saga que estoy seguro de que nadie pediría. Hay mejores historias por contar y que continuar, y ésta no es una de ellas.

También tenemos el tópico de la niña insufrible (la actriz hace lo que puede, pero exagerada se queda corto para definir su interpretación), que no calla ni debajo del agua, y que logra que nos pongamos del lado de los malos. Bueno, quizás sea exagerado desear que los villanos no erren el tiro (no soy un monstruo), pero que se vuelve cargante es más que una obviedad. Qué sería de este tipo de films sin un crío pesado… maldito cliché. Por la película se pasea un jefe yakuza, siendo, con permiso de la protagonista, el personaje más interesante de la propuesta. Lamentablemente, le dedican muy pocos minutos. Es decir, a la cría sí, pero al viejo no… Los tiempos que corren, porque podría haber quedado una historia de mafias y honor familiar la mar de resultona (Kitano, dónde estás cuando se te necesita…), pero otra vez será.

‘Todos los mafiosos de la película la quieren muerta. Y no me extraña…’

En cuanto a la gran protagonista, las referencias de su aspecto y personalidad son claras (hola, Ripley), pero en otras manos menos inspiradas el homenaje (por llamarlo de alguna forma) podría haber caído en saco roto, no siendo el caso, y todo es gracias a una Mary Elizabeth Winstead que te crees y que hace el personaje suyo. Hollywood debería tomar buena nota, porque se le da de miedo ser una action hero. Que es una actriz más que solvente ya lo sabemos desde hace muchos años, y éste es otro ejemplo de ello.

Woody Harrelson vuelve a hacer de Woody Harrelson, lo que siempre es una buena noticia, consciente de que con una sonrisa y una simple mirada ya capta nuestra atención. ¿El problema? Que se le desaproveche de esa forma. Tener al bueno de Woody de secundario de lujo siempre es garantía de éxito, pero por favor, no le des tan pocos minutos y un personaje tan tópico, porque un actor de estas características merece más. Mucho más. Espero que el cheque haya sido bien jugoso, pero todos sabemos que Woody siempre está listo para desplegar su carisma innato, y ésta no es la excepción, por mucho que le hayan otorgado un papel tan poco agradecido.

‘Woody Harrelson preguntándose a dónde viajará con el jugoso cheque que le han dado por aparecer cinco minutos’

Atención al soundtrack, plagado de canciones japonesas para adolescentes, supongo que con la intención de captar a éstos. Es un recurso simpático en una o dos ocasiones, pero deja de tener gracia a la tercera, la cuarta y la quinta. Adoro Japón, y me parece estupendo que la acción transcurra en ese fascinante país, pero si el precio a pagar es tener que soportar esta elección musical, pues no, gracias.

En conclusión, una cinta de acción que sirve para pasar la tarde, pero que todos habremos olvidado poco después de que hayan aparecido los créditos finales. Al menos no es otro bodrio de Netflix, pero cabe preguntarse si eso es motivo de celebración, estando demasiado acostumbrados a los ínfimos niveles de una plataforma más interesada en la cantidad que en la calidad. Luego llegan cosas como Kate, insípidas y de usar y tirar, y no nos quejamos. Nos han domesticado, y hemos caído en la trampa. Ojo no nos fascinen aberraciones como Sweet Girl en un par de años. Al tiempo…

Crítica en vídeo:

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