
Maricón Perdido es el curioso título de una serie creada y escrita por Bob Pop, el cual nos relata su vida en seis episodios de apenas media hora cada uno. La verdad es que me interesé por la propuesta a raíz de su tráiler, su premisa y su estupendo reparto, siendo finalmente una interesante experiencia que merece la pena, pero que tiene algunos contras que le impiden ser redonda. Pero como siempre digo, mejor vayamos por partes.
Nada se le puede reprochar a la dirección, siendo una labor tras las cámaras más que competente (atención a cómo se plasma el dolor del protagonista en cierto momento). Se nota que estamos ante una producción cuidada, con un estilo característico y una ambientación maravillosa (te crees estar en los años que presentan, como los 80 o los 90). También se agradece la corta duración de los episodios (que oscilan entre los veinte y treinta minutos), siendo un verdadero acierto y convirtiendo la experiencia en un viaje ameno y que se pasa como un suspiro. De hecho, yo la he visto del tirón, y no ha habido espacio para el aburrimiento en ningún momento de su visionado. ¿Cuántas series pueden decir eso?
El reparto es llamativo, al estar repleto de rostros conocidos, pero quienes destacan son Carlos González y Gabriel Sánchez, ambos impecables como Bob Pop en su infancia y edad adulta, siendo merecedores de todos los premios habidos y por haber. Su actuación no es nada sencilla, saliendo los dos airosos con interpretaciones entrañables y con las que no cuesta empatizar, hayas vivido lo mismo o no. Como secundarios de lujo tenemos a una genial Alba Flores (aunque sale menos de lo deseado), Candela Peña (entregada, pero algo excesiva en no pocos momentos) o el siempre sensacional Miguel Rellán. Me parece interesante el recurso de no enseñar la cara del padre del protagonista, pero eso hace que nos perdamos parte de la actuación de Carlos Bardem.

Y es que hay demasiados personajes, la mayoría desdibujados, y algunos con el suficiente potencial para reclamar más minutos. Da la sensación de que Bob Pop no ha sido del todo generoso a la hora de plasmar su vida, obviando algunos personajes y hechos, como si estuviese más interesado en ciertos pasajes que en otros (el episodio de la taquilla acapara demasiados minutos en contra de otros elementos más atractivos), quedándose en la superficie (no confundir con ser superficial…). Desde luego, la serie deja con ganas de más, como si faltasen partes.
Por un lado es positivo, porque quiere decir que la serie te ha gustado, pero por otro, no se puede negar que el responsable de la serie nos ha contado lo justo y necesario, desaprovechando personajes como el del padre o la hermana, por citar dos ejemplos, además de no cerrar tramas como la de la amiga o el novio (no me habría importado otro episodio para cerrar dichas historias). El creador debería haber sido consciente de que no todos nos sabemos su vida al completo (si soy sincero, no le conocía antes de ver la serie), por lo que nos quedamos con la sensación de agujeros de guion y tramas inacabadas.

Respecto al tono, la serie se vende como una comedia dramática, y es cierto, aunque juega con demasiados géneros, obteniendo un resultado algo dispar. Se agradecen los momentos divertidos, pero luego hacen acto de presencia momentos muy duros, que tampoco se deben obviar, pero que rompen el tono presentado hasta el momento. Una vez vista, me decanto más por un drama con tintes cómicos, siendo una producción necesaria (por su mensaje) pero que no es fácil. Por cierto, el desenlace con rostros conocidos (rozando el narcisismo) me ha parecido que estaba de más, siendo un cierre que no está al nivel del resto del conjunto, o al menos ésa es mi impresión.
En conclusión, y a pesar de los contras, estamos ante una serie entretenida y fascinante, con una historia que atrapa y convence. Hacen falta más historias como las de Bob Pop, repleta de valores, lecciones y emotividad. No sé si acabará siendo una de las mejores series españolas del año, pero sí una muy recomendable, arriesgada (todo lo que implica, y el título es una prueba de ello) y un soplo de aire fresco. Gracias por compartir tu vida con nosotros, Bob Pop.
Crítica en vídeo:
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