Mel Gibson: El bueno, el feo y el creyente – Libro – Un apasionante y exhaustivo retrato de un actor y cineasta irrepetible

Mel Gibson es un mítico actor (de mis favoritos) y fascinante director, además de una figura polémica y atormentada. Incono en los 80 y los 90, su vida personal comenzó a perjudicar su carrera profesional, con un Hollywood que no dudó en dar la espalda a uno de sus ídolos más queridos (recordar el famoso episodio de Los Simpson que ironizaba sobre ello). Parece que las cosas se han calmado con el paso de los años (como suele suceder con casi todos los famosos a los que se ha repudiado en algún momento), y este estudio del cineasta llega en el momento justo, haciendo un exhaustivo análisis a la carrera de Gibson, ya sea en sus inicios en el cine australiano como prometedor actor y su éxito en el cine americano, pasando por sus trabajos detrás de las cámaras y sin olvidar los problemas que le hicieron formar parte de la lista negra del cine (por no decir directamente un apestado). Y es que Gibson parece haber sufrido un camino similar al del protagonista de La Pasión de Cristo, salvando las distancias, por supuesto. Pero mejor vayamos por partes, porque estamos ante una obra imprescindible para los seguidores del bueno de Mel.

David Da Silva se encarga de realizar un ejemplar estudio del inclasificable cineasta, haciendo un repaso fantástico a una carrera increíble, ya sea en sus inicios con míticas sagas como las de Mad Max o Arma Letal, sin obviar trabajos menos conocidos del intérprete, y sus años de mayor éxito gracias a oscarizadas producciones como Braveheart. No obstante, hay cosas en las que no coincido, como las opiniones vertidas hacia las secuelas de Arma Letal (lo sé, son inferiores, pero no mediocres, y la tercera mucho menos) o que se le haya dedicado tan poco espacio (apenas una página) a una de las obras más importantes de Gibson como actor, que no es otra que la estupenda Señales (Signs), de M. Night Shyamalan. Creo que se le dedican demasiadas páginas a películas menos interesantes prescindiendo hablar de otras que tienen más valor. Todo no se puede tener.

Por supuesto, el autor tiene todo el derecho del mundo a exponer sus opiniones, ya que a pesar de ser un estudio objetivo y que busca acercar la personalidad y el trabajo de Gibson al lector, también tiene espacio para los gustos personales del escritor, pero tampoco puedo obviar que hay puntos en los que no coincido, dejándose en el tintero películas y asuntos en los que me hubiera gustado que se indagara un poco más. Por ejemplo, no creo que la olvidable y olvidada Blood Father merezca más párrafos que el film de Shyamalan, y más cuando este último tiene tantos matices para analizar, como es la fe cristiana de sus responsables, Gibson incluido.

Me parece interesante y un punto clave que se aborde el tema de la familia del actor, como la figura de un padre que le ha traído verdaderos quebraderos de cabeza al pobre Mel a lo largo de los años. Conocía la historia, pero hay pinceladas que no, entendiendo todavía más la conflictiva y tormentosa personalidad de Gibson, un hombre que se ha cansado de pedir perdón, pero que parece que jamás lo va a recibir del todo. A pesar de ello, tampoco quiero que parezca que defiendo a muerte a Gibson, ya que hay sucesos de su vida indefendibles y que le restan puntos como persona (no así como actor y director), no creyéndome del todo su radical cambio en los últimos años. Y hasta ahí puedo leer.

También me ha parecido fabuloso el repaso a sus trabajos detrás de las cámaras, con unos films que siempre han dado de qué hablar, ya sea el drama El hombre sin rostro, la inolvidable Braveheart (muy curioso el detalle de Gibson y su rechazo a ser el protagonista), la polémica y brutal La Pasión de Cristo (donde prácticamente comenzó su declive), la infravalorada y magnífica Apocalypto (seguramente su mejor película) o la ejemplar y cautivadora Hasta el último hombre, siendo esta última su aplaudida resurrección. Y es que Gibson no es solamente un querido y carismático actor, sino también un director inimitable, visceral y con un mensaje claro, que jamás deja indiferente y siempre tiene algo qué decir. Destacar también el necesario repaso a sus últimos trabajos, la mayoría concesiones para que no se olviden de él o simplemente para engrosar la cuenta bancaria (aunque siempre defenderé su villano de Los Mercenarios 3/The Expendables 3). Nada que no hayamos visto con anterioridad en otras figuras públicas.

Por otro lado, se agradece el punto de vista de Da Silva, el cual se percibe como gran admirador de Gibson, pero sin obviar los pasajes más turbios del cineasta, haciendo una reflexión final que justifica esta obra y le da un nuevo sentido, siendo un documento imprescindible para los seguidores del actor y director. No he visto ningún libro en castellano que hable de Gibson, por lo que considero que es un documento único y muy recomendable, siendo de agradecer que por fin alguien haya apostado por hablarnos de un autor tan único y polémico, sin cargar las tintas pero sin mirar a otro lado, siendo un retrato valiente y que cumple su cometido de informar a un lector ávido de conocer más sobre el bueno (o no tan bueno) de Mel, además de explicar los problemas que casi acaban con su carrera. En conclusión, un estudio muy completo y necesario sobre un hombre que nos ha dado muchas alegrías y que es historia del cine, le pese a quien le pese. Gracias, Da Silva.

Podéis adquirir la obra aquí:

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