
Sé lo que estáis pensando… ¿Qué hago yo viendo esto? Bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿no? Además, en el fondo lo hago por vosotros, para ahorraros el sufrimiento. Una vez hemos obviado los prejuicios de turno (pillines…), será mejor que entremos en materia, que hay mucha tela que cortar… ¿o no?
En la cocina con Paris Hilton (Cooking with Paris) es el nuevo programa de cocina (por decirlo de alguna forma) de Netflix, y cuyo título no engaña a nadie, ya que es precisamente eso, la famosa cocinando, sin trampa ni cartón. Sabes a lo que vienes, desde luego.
No obstante, el tráiler nos prometía una propuesta tan hilarante como desternillante, con una Paris Hilton sin freno y siendo un auténtico desastre en la cocina. Todo correcto, excepto por lo de hilarante y desternillante, siendo un show sin gracia, garra ni nada, en lo que sólo se puede definir como un espectáculo vacío en el que ni las invitadas son capaces de mejorar un poco el desaguisado.

Quizás las fans de Hilton le encuentren la gracia al asunto, pero el resto es mejor que corra por su bienestar, notándose que los responsables han confiado demasiado en el nombre de su protagonista, en un trabajo perezoso (por no decir otra cosa) y sin intención de ofrecer algo más, por mínimo que sea. Y es que el programa es Hilton cocinando con sus amiguitas, con menos gracia que un bocadillo de sopa y con menos carisma que un ladrillo.
Maldita sea, ya que vas a meter a la dichosa Hilton a hacer la payasa en una cocina, al menos desmelénate un poco y sé más gamberro, pero ni por esas. En fin, vosotros mismos. Yo ya he cumplido mi misión, y no puedo hacer más. Ha sido duro… Nos vemos en la siguiente vida.
Deja una respuesta