Muere otra vez – Boss Level – Bucles temporales y acción desenfrenada en un frenético cóctel del que poco se está hablando

Boss Level (titulada en España, Muere otra vez… en fin) es la nueva película de Joe Carnahan, responsable de la reivindicable Ases Calientes (Smokin’ Aces) o la estupenda e infravalorada adaptación del Equipo A. En esta ocasión, el director nos ofrece la respuesta a la mítica Atrapado en el tiempo (Groundhog Day), siendo un frenético cóctel que combina bucles temporales y acción desenfrenada, con un reparto de lujo, aunque aviso que Mel Gibson, Naomi Watts y Michelle Yeoh (especialmente esta última) salen mucho menos de lo esperado, siendo meros reclamos promocionales para intentar captar más espectadores. Es una lástima que la cinta se haya estrenado por la puerta de atrás (la tenéis en Amazon, por cierto), sin hacer apenas ruido y siendo relegada a un injusto olvido. Y digo lo de lástima y lo de injusto porque estamos ante una genial propuesta de acción y ciencia ficción, consciente de sí misma y que pone toda la carne en el asador desde el minuto uno, siendo una de las mejores películas del año.

Como de costumbre, Carnahan ofrece una labor tras las cámaras efectiva y enérgica, notándose que los productores no han sido demasiado generosos con el presupuesto (de ahí que se haya estrenado directamente en plataformas, obviando su paso por salas, cuando lo merecía como la que más), pero sin que eso empañe el conjunto, con unas alocadas y viscerales secuencias de acción que funcionan y que no tienen nada que envidiar a producciones más grandilocuentes (atención a las muertes). El bueno de Joe no pierde el tiempo, presentando un ritmo endiablado y una historia sencilla pero desenfadada. Es una lástima que llegue tan tarde, estando seguro de que, de haberse estrenado hace veinte años, seguramente hablaríamos de un clásico del género, y más si lo hubiese protagonizado un action hero de la época. Es por ello que es decepcionante que esté pasando tan desapercibida.

Carnahan también se encarga del guion junto a otras dos manos, en una película que ya hemos visto todos, siendo sus responsables conscientes de ello y apostando por un tono gamberro que, lamentablemente, no se mantiene durante todo el film. Y es que los autores del libreto prefieren dar un giro de 180 grados, centrándose en una subtrama familiar que no molesta y funciona (ojo a la escena de los videojuegos), pero que rompe el tono presentado hasta el momento, por no hablar de un final demasiado abrupto y anticlimático. A pesar de que no es una producción redonda debido a lo comentado, se agradece su corta duración de apenas hora y media, aunque quizás se podría haber cerrado la historia de una forma más satisfactoria de haber contado con más minutos. En este caso, no nos habría importado.

Y respecto a la premisa principal, Atrapado en el tiempo sólo hay una, eso lo sabemos todos, pero el recurso del bucle temporal en el que un personaje principal revive el mismo día una y otra vez se utiliza con sabiduría y buen hacer, habiendo producciones más ruidosas y exitosas (como las ya olvidadas entregas de Feliz día de tu muerte) muy inferiores a lo que se nos ofrece en esta película, siendo un claro homenaje al mundo de los videojuegos (por si no había quedado claro con el título y el tono) que seguramente acabe siendo la versión macarra de Free Guy, pero que, en lo que respecta al subgénero de los bucles temporales, es de las mejores.

Y llegamos a un apartado por el que muchos habrán decidido darle una oportunidad a esta cinta de acción, y que no es otro que el del reparto, ya que los productores han sido muy inteligentes, apostando por rostros conocidos por el gran público. Como máximo protagonista tenemos a un fabuloso Frank Grillo, pidiendo a gritos más papeles protagónicos, dejando bien claro que es un action hero como los de antaño (ya sea por físico o carisma). El problema es que se ha equivocado de década, siendo un actor que está pasando demasiado desapercibido, cuando es capaz de enfrentarse a cualquier género y tiene tablas de sobra para despuntar, pero son otros tiempos, y el género de acción no puede estar más denostado. No me extrañaría ni chirriaría verlo en una futura e hipotética Los Mercenarios 4 (Expendables 4), porque es un héroe de acción como los de antes (e incluso con un registro interpretativo mucho mejor).

Respecto al resto del reparto, tenemos a unos convincentes y solventes Mel Gibson (como villano de la función), Naomi Watts o Michelle Yeoh, que por mucho que ocupen una gran porción del póster, apenas salen minutos, siendo intérpretes desaprovechados y cuya única función es engrandecer la producción y darle más caché. Cierto es que Gibson tiene una escena para su lucimiento (ojo al diálogo), pero al final no se puede negar que está a años luz de su rol en Los Mercenarios 3, por no hablar de otros trabajos. Se les podría haber sacado mucho más partido a todos y cada uno de ellos, pero entiendo que no había presupuesto para ello, de ahí que sean meros secundarios. Una pena.

En conclusión, y a pesar de algunos peros, estamos ante una gran cinta de acción, que entretiene y jamás da lugar al aburrimiento, siendo una de las producciones más inspiradas de los últimos años (lo sé, malos tiempos para la acción) y que se convierte, desde ya, en una de las mejores películas del año, siendo un film que los amantes de la buena acción y los de los videojuegos sabrán valorar y disfrutar a partes iguales. Y es que no sabemos lo que tenemos hasta que es demasiado tarde, y sí, me refiero a Carnahan y Grillo. Una película a reivindicar (como casi todas las del director) y que espero que el tiempo ponga en su sitio.

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