Tom Holland es un director en cuya filmografía se encuentran dos clásicos del género del terror conocidos por todos, que no son otras que las estupendas Muñeco Diabólico (Child’s Play) y Noche de Miedo (Fright Night). La verdad es que con semejante currículum poco se le puede discutir al cineasta, ofreciendo en esta ocasión una curiosa antología de la mano de Applehead Team, editorial española especializada en el género del horror. La sinopsis nos promete ecos de Stephen King, Quentin Tarantino o Isaac Asimov, entre otros, en un cóctel tan explosivo como inclasificable. Y la verdad es que no van nada desencaminados, ya que no nos encontramos ante unos relatos de terror (como cabría esperar), siendo más bien ante unas historias que coquetean con el thriller (y en el último relato con la ciencia ficción), apostando por un tono cruel, cargado de mala baba, claramente incorrecto (y más en los tiempos que corren) y, sobre todo, retorcido. Y es que la propuesta no engaña a nadie, ni en su título ni en su sinopsis, siendo una de las mejores antologías de los últimos años.
El libro se compone de cuatro historias que se leen en un suspiro, a pesar de tener una duración generosa, atrapando a los lectores que estén dispuestos a aceptar las reglas del juego. Cada relato es independiente del otro, con tramas frescas e inspiradas, y con unos personajes de cuestionable moral, siendo un compendio de historias que haría las delicias de los populares artistas mencionados en la sinopsis de la cubierta (al menos de los dos primeros). Obviamente no revelaré nada de las historias, ya que es mejor que os sorprendáis vosotros mismos, pero simplemente diré que, curiosamente, los dos últimos relatos son mejores que los dos primeros, sin que éstos desmerezcan en absoluto el conjunto final, siendo una propuesta en la que el nivel va in crescendo a medida que se pasan las páginas.
Por otro lado, me gustaría destacar un recurso que me ha sorprendido gratamente (aunque quizás a otros les frustre), y es que la novela está plagada de diálogos (cuántas veces me habrán dicho que el lenguaje cinematográfico no es el mismo que el narrativo), como si del guion de una película o serie se tratase, notándose que el escritor proviene del medio cinematográfico. Sinceramente, me ha sido imposible no imaginarme todos los relatos como episodios de media hora, ofreciendo una calidad infinitamente superior a otras antologías televisivas más cacareadas. Sin ir más lejos, las cuatro historias (o por lo menos las dos últimas) casarían muy bien como capítulos de la popular Love, Death + Robots, aunque sólo es una idea.
En conclusión, estamos ante una novela imprescindible si te gusta el director, o si simplemente quieres pasar un buen rato con sus hilarantes personajes y diálogos. Desde luego, estamos ante una antología que se aparta del terror, apostando por el thriller y la ciencia ficción, ofreciendo relatos cargados de mala baba e inmoralidad (no sabéis hasta que punto), siendo un soplo de aire fresco en un subgénero (el de los relatos) que no suele estar muy atinado, pero que aquí da en el clavo, ofreciendo originalidad y gamberrismo a partes iguales. Desde luego, Holland tiene todavía mucho que decir, esperando que alguien con billetes se interese por su colección de relatos y les dé una oportunidad, porque no dejan indiferente. Una lectura más que recomendable y sólo apta para valientes. ¿Te atreves?
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