Kingdom es una estupenda serie coreana de Netflix, la cual nos presentaba una intriga de palacio con una epidemia de zombis sedientos de carne como telón de fondo, siendo la respuesta a Juego de Tronos. Parecía que la historia se iba a cerrar en su segunda entrega (seamos sinceros, un poco inferior a la primera), pero los responsables nos sorprendieron con un final abierto que presentaba a un nuevo personaje, y que invitaba a pensar en una nueva temporada. Y ésa es la razón de ser de Kingdom: La historia de Ashin, precuela/spin-off que nos explica el pasado de dicho personaje, despejando todas las incógnitas ante lo que parece que será la nueva villana de la serie. Vendida como un episodio especial, antes de continuar la historia en una tercera temporada, en realidad estamos ante una película de hora y media, la cual ha cosechado estupendas críticas. Pues como no podría ser de otra forma, soy la nota discordante, ya que no he salido nada satisfecho de esta experiencia, pero mejor vayamos por partes.
No se le puede reprochar nada a la dirección, entre otras porque es el mismo responsable de la serie, y se nota, con unas escenas de acción (atención a la caza y al clímax) y terror a la altura de sus antecesoras. El problema es que la película tarda demasiado en arrancar, y cuando por fin lo hace (en la media hora final), ya es demasiado tarde, con un ritmo pausado (por no decir soporífero) que lastra el conjunto. Entiendo que se cocinen los elementos a fuego lento, pero no a costa de que todo sea exageradamente tedioso. Y es que esta historia se podría haber contado en media hora, siendo una trama de venganza que ya hemos visto todos. Cierto es que hay un par de escenas impactantes y con mucha carga emocional, pero de poco sirve si el resto del conjunto te provoca el bostezo.
Es una lástima que los guionistas no hayan estado tan inspirados como en las dos temporadas de la serie, y tampoco ayuda que no tengan muy claro qué contar, ya que le dan un exagerado protagonismo a unos personajes que luego importan menos que nada, dándoles un desenlace confuso y patoso, hasta el punto de que ya no te enteras de nada. Quizás sea culpa del montaje, pero el gran momento de la venganza peca de caótico, por mucho que esté rodado con mano firme. Y es que la historia (mucho más plana y sencilla de lo que se está comentando) está muy por debajo de los detalles técnicos de la función (ojo al tigre, mucho más logrado que el de otra producción de la plataforma más cacareada).
Tampoco merece la pena pararse en el apartado interpretativo, ya que la actriz protagonista tiene el mismo carisma que una patata y la misma expresividad que un ladrillo. A priori, no me importa demasiado, pero si ésta es la gran villana de la nueva temporada, podemos empezar a temblar. Sus compañeros de reparto tampoco están demasiado inspirados, con unos personajes muy mal dibujados, al contrario de la fabulosa serie. Es imposible no preguntarse el sentido de esta precuela, porque parecen dos producciones bien distanciadas, ya sea por su calidad y resultados.
En conclusión, estamos ante una producción que desmerece a sus antecesoras, que no está a la altura y que acaba siendo una propuesta aburrida y que aporta bien poco, por mucho que se escude en dar más información (alguna bastante relevante). De poco sirve si al final ofreces un producto tan flojo y que falla estrepitosamente a la hora de captar el espíritu de la serie, siendo un paso atrás. Y es que, llegados a este punto, cabe preguntarse si tiene sentido continuar la historia, cuando el final abierto de la segunda temporada era bastante forzado de por sí, y esta precuela es una prueba más de ello. Veremos, pero de momento la cosa no pinta nada bien. Una pena.
Ocio World 
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