
Desde que se presentó esta propuesta italiana de terror de Netflix, tuve curiosidad en la misma, ya fuese por su llamativo título (engañoso a más no poder, pero ahora iremos con ello) o por su tráiler, en el cual se nos prometía una cinta de terror rural, con ecos de La Matanza de Texas, Wicker Man o Midsommar. Curiosamente ninguna de esas producciones me gusta, hasta el punto de que forman parte de mi lista de lo peor que he visto en mi vida, pero soy un masoca, y estamos aquí para jugar. Pues bien, la cacareada cinta italiana ha llegado a la plataforma, con críticas no demasiado entusiastas y unas sensaciones que hacían temerse lo peor. Y así ha sido, ya que estamos ante un bodrio insufrible, que quiere ser demasiadas cosas, y que acaba siendo una tomadura de pelo.
Para empezar, ¿a qué viene ese título? Es que no se puede ser más pretencioso. ¿Cómo tienes las santas narices de llamar así a tu película? Es como si ya nos estuvieran diciendo que estamos ante una gran historia de terror, cuando es una burda y baratera imitación de todas las producciones mentadas, siendo todavía más evidente en el caso de Midsommar, con una escena prácticamente calcada. ¿Nos han tomado por tontos o qué? No obstante, que los fans de esas producciones no se emocionen, ya que estamos ante la versión low cost (siendo generosos) de todas ellas. Lo que viene siendo un subproducto que plagia ideas y escenas de otros clásicos del género sin ruborizarse en el proceso, con la esperanza de que nadie se dé cuenta y vender esta atrocidad como un producto original. Lo que viene siendo una estafa de las de toda la vida.

Y bueno, que los amantes del gore y la casquería no tengan demasiadas esperanzas, ya que si salen salpicados de este atentado al buen gusto será por sus propias lágrimas, decepcionados por no haber visto ni un solo litro de sangre, con unas muertes fuera de cámara en lo que sólo puede definirse como un acto de cobardía, y más cuando en tu material promocional indicas todo lo contrario, prometiendo un festival gore que jamás llega a suceder. No soy fan de las vísceras, pero oye, no tomes el pelo a los fans del género, que ni eso les das.
Uno de los directores se llama Roberto De Feo, y perdonad el chiste malo (aunque jamás tanto como la película que nos ocupa), pero su apellido va muy acorde con su labor tras las cámaras, porque todo luce espantosamente mal, aunque la intención sea otra, con unas muertes en las que se nota que no tenían presupuesto (apenas se ve nada), y una dirección intimista y con ínfulas, pero que acaba siendo un trabajo mediocre, y eso que hablamos de dos personas en dicho apartado. Y de los creadores de, «somos dos directores pero el resultado parece indicar que uno estaba de juerga y el otro dormido», llega… ¡cinco guionistas para una maldita historia que ya hemos visto todos!. En serio, ¿cinco? Estoy totalmente a favor de que se genere empleo, lo digo de corazón, pero esto es pasarse. No sé qué ha aportado cada uno de ellos, pero ya os digo yo que bien poco. Quizás estaban de juerga con los directores, pero esto te lo escribo yo en una tarde. Y con una mano en la espalda…

Quizás lo único positivo de la película sea su corta duración (aunque podría haber durado diez minutos), pero de poco sirve si te entretienes presentándonos a unos personajes que nos dan exactamente igual, con unas incesantes conversaciones que pretenden ser profundas y dramáticas, pero que aburren a las ovejas. De verdad, ¿qué sentido tiene que un personaje te cuente su drama personal si a los dos minutos va a acabar fiambre. ¿Qué nos dé más pena? Porque yo me he quedado igual, dándome más lástima el sufrimiento de los espectadores (entre ellos yo), que no el destino de sus personajes, a cada cual más estúpido e insoportable. Lo sé, lo esperado en un film del género, pero es que se supone que aquí estamos ante algo más (o eso nos quieren hacer creer…), sorprendiendo que nos presenten a los típicos idiotas de película de terror cutre, cuando sus responsables pretenden hacer algo más serio. Quizás no hayan sido conscientes de lo que estaban cocinando, pero esto es otra estúpida película de terror de videoclub clandestino, sólo que con más pretensiones y un marketing engañoso.
Y ojo, que la cosa no acaba ahí, ya que la película nos tiene reservados unos «espectaculares» giros de guion (ridículos hasta decir basta), redondeando todavía más la montaña de estiércol. Ian Malcolm estaría orgulloso… Por favor, que alguien le dé un premio a estos lumbreras que tiene pinta de que no van a parar. Y es que todo es un cúmulo de situaciones absurdas que pretenden evocar a los clásicos citados, cuando son más propias de la serie Z, sólo que con ese subgénero al menos te echas unas risas, mientras que aquí ni eso, ya que la película se toma en serio a sí misma de principio a fin (que ya me dirás…), aniquilando cualquier posibilidad de que al menos pasemos un rato divertido. Ni eso nos dan…

Podría dejarlo aquí, pero es que obviar al «estupendo» reparto sería un crimen. Lo reconozco, hay un par de actrices que están bien, pero ellos son indefendibles, con actuaciones exageradas e inverosímiles, supongo que con la intención de estar al mismo nivel que el resto de elementos, es decir, en el inframundo. Tampoco es culpa suya, porque sus lamentables personajes no ayudan en absoluto. Al menos ellas tienen algo más de profundidad (tampoco nos pasemos), en un grupo de personajes que estás deseando que acaben en las manos de los sádicos de turno cuanto antes, siendo decepcionante que esto tarde tanto en suceder y de la forma más insustancial posible. Y es que el film no tiene garra ni intención alguna de ofrecer nada nuevo, siendo un despropósito que sólo sirve para una tesis sobre lo que no se debe hacer en el cine, ya sea de terror o de cualquier otro género.
Concluyendo, que quiero olvidar esta cosa cuando antes, no sólo estamos ante la que seguramente acabe siendo la peor película del año (muy complicado que estrenen algo peor, aunque también sea cortesía de Netflix), sino también ante una de las peores del género de los últimos años…. bueno, seamos sinceros, de la historia, que hay hermanas mayores que al menos dan lo que prometen. Aquí, ni por asomo. Y bueno, si Midsommar está en mi top de lo peor de la historia, La clásica historia de las narices no va a ser menos, ya que al menos el film con Florence Pugh tiene elementos interesantes (la actriz protagonista y la dirección), mientras que ésta no tiene absolutamente nada que la haga destacar. De lo peor que he visto en mi vida, qué ya es decir. Vosotros mismos… No, en serio, ni se os ocurra. Gracias, Netflix…
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