
Cómo me convertí en superhéroe (Comment je suis devenu super-héros) es una producción francesa de Netflix que se ha estrenado con la esperanza de que la temática que aborda despierte algo de interés entre los clientes de la popular plataforma (ya sabéis, los superhéroes siguen de moda y hay que aprovecharlo a toda costa). Mucho me temo que eso no va a suceder, concretamente por dos motivos. El primero porque Netflix ha vuelto a estrenar otro de sus productos en exclusiva por la puerta de atrás, sin ningún tipo de promoción, al menos fuera de Francia. Y el segundo, y no menos importante, porque la premisa no resulta nada atractiva, sonando todo a ya visto. Y eso es precisamente lo que te encuentras una vez finaliza la película, siendo otra cinta de superhéroes que pretende aprovechar el boom de éstos, pero que se queda a medio gas, en lo que es una propuesta que se deja ver, pero que no aporta absolutamente nada a un género que no puede hacer cualquiera (y menos si no te llamas Marvel o DC).
La dirección cumple, con unos efectos especiales a la altura, siendo un acierto que no se abuse de ellos, aunque la película es más light de lo esperado, con escasas escenas de acción y unos combates rudimentarios. No es un trabajo menor, pero tampoco ofrece nada nuevo, que es lo mismo que se puede decir del guion, adaptación de una novela y cortesía de nada más y nada menos que cinco sujetos. Es curioso que, siempre que hablamos de cintas simplonas y que ya hemos visto todos, haya tanta gente detrás. A lo mejor me he perdido algo, pero ya os adelanto que no hacen falta tantas personas (sobran cuatro…) para orquestar una historia tan sencilla como la que nos ocupa, aparte de tener demasiadas similitudes con la más grandilocuente y ya olvidada Proyecto Power, pero como también es de la casa, no indagaremos al respecto.

Es un acierto que el film comience con un tono desenfadado y ameno, siendo una lástima que no se mantenga y se abandone tan rápido, apostando por dramatizarlo todo de forma innecesaria y provocando que la producción se desinfle, perdiendo interés y consiguiendo que nos importe todo bien poco. Y es que la película no se esfuerza por ofrecer nada nuevo, conformándose con lo justo y necesario, siendo algo sorprendente cuando te das cuenta de que sus responsables (los famosos cinco) tienen intenciones de crear una franquicia, presentando escenas post-créditos que dudo que alguien haya pedido. Quizás los menos exigentes pasen un rato entretenido con la película, porque tampoco toma de estúpido al espectador y podría decirse que cumple su cometido, pero jamás va más allá, siendo una cinta que ya hemos visto todos anteriormente. Y bueno, en lo de predecible ya no me meto, que el título (tanto el original como el traducido) te revienta sin miramientos el supuesto gran giro, aunque, no nos vamos a engañar, te hueles la tostada a kilómetros.
Respecto a los personajes, tenemos a un protagonista que comienza con garra pero que también va perdiendo fuerza a medida que avanza la historia, y unos secundarios que causan simpatía, pero que tampoco elevan el conjunto. Lo del villano de pacotilla mejor lo dejamos para otro día, porque ahí sí que han sido acordes a lo que se espera de un producto de estas características, al menos en lo que respecta a delincuentes con superpoderes y sus respectivos trapicheos. El reparto defiende sus papeles, siendo un apartado correcto, sin más.
En conclusión, estamos ante un producto del montón, que no deja huella y se olvida tan pronto como se ve, por mucho que sus responsables pretendan lo contrario, al presentar las pautas de lo que parece ser una saga de películas, algo que ya os digo yo que dudo que suceda, entre otras cosas porque hay historias mucho más interesantes que contar, y ésta no es una de ellas. Si no tienes nada mejor que ver, quizás te sirva para pasar el rato, en caso contrario, seguramente no se te haya perdido nada. Cine de superhéroes de usar y tirar. Que no se diga que no lo han intentado.
Deja una respuesta