Viajes alrededor del mundo y casas de ensueño, ¿qué más se puede pedir? Bueno, que no nos pongan los dientes largos, pero esa es otra historia. Y es que la nueva producción de Netflix no engaña a nadie, ofreciendo exactamente lo que promete, que no es otra cosa que episodios en los que sus tres protagonistas recorren el mundo (en lugares como San Francisco, Alaska, Hawái o Bali), enseñándonos auténticas maravillas arquitectónicas en las que se hospedarán durante dos noches. Eso es todo.
Dicho esto, si te gustan este tipo de producciones puedes verla sin temor alguno, entre otras cosas porque el trío protagonista no es odioso como en otros productos de las misma índole (cosa que se agradece). Eso no quiere decir que ninguno de ellos eleve el nivel de la serie o sean el motor de la función, pero cumplen su cometido de acompañarnos en este viaje, siendo bastante obvio que están agradecidos de trabajar en algo así, pasándoselo en grande a cada momento (quién pudiera…).
Tampoco se le puede reprochar la duración de media hora por episodio (a priori algo exagerada, ya que lo perfecto suele ser veinte minutos), ya que todos los viajes se pasan como un suspiro, presentando tres opciones de hospedaje y eligiendo los protagonistas cuál ha sido la más satisfactoria para ellos al final de cada capítulo. No es un elemento que aporte mucho al conjunto, pero tampoco resta.
Y poco más se puede decir a una producción que cumple su función a la perfección, siendo una serie de viajes en la que nos enseñarán casas (y vehículos) de alquiler por todo el mundo, en una experiencia tan amena y desenfadada como gratificante. Y es que a veces la sencillez es la apuesta ganadora, siendo una propuesta que deja buen sabor de boca, aunque nos entren unas ganas locas de viajar. Os dejo, que tengo que preparar las maletas…
Ocio World 
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