LOL: Si te ríes, pierdes – Los populares cómicos son incapaces de salvar un despropósito sin gracia

Es curioso que un programa como LOL: Si te ríes, pierdes, haya acabado en una plataforma como Amazon, cuando su hábitat natural es Antena 3. ¿Quizás las plataformas están en pie de guerra contra las cadenas privadas? Quién sabe, pero independientemente de quién esté detrás de la producción, lo que es seguro es que es un absoluto desastre. No voy a negar que no esperaba demasiado del producto, pero lo que me he encontrado es mucho peor de lo esperado, siendo un (alargado) chiste sin gracia, cuyos cómicos invitados son incapaces de salvar.

Presentado por Santiago Segura (que parece pasárselo bien, aunque el cheque debe haber sido bien jugoso) y Xavier Deltell (éste como esbirro y haciendo el mismo papel de siempre), entre los cómicos se encuentran sospechosos habituales, como los divertidos Silvia Abril, David Fernández y Edu Soto (que curiosamente provienen del mismo lugar), los populares Yolanda Ramos y El Monaguillo (que personalmente no me hacen gracia, aunque no tengo nada en contra de ellos), los no tan conocidos Carolina Noriega y Paco Collado (haciendo lo que pueden, pero siendo eclipsados por el resto), y terminando con Arévalo, Mario Vaquerizo y Rossy de Palma, el primero cómodo en el sofá (cualquier tiempo pasado fue mejor… o no), el segundo haciendo lo de siempre (alguien le dijo que tenía gracia, y hasta ahora…) y la tercera con una constante cara de «¿qué hago yo aquí?», que es lo que deben pensar los espectadores. La mayoría lucha por llamar más la atención, pero ninguno está a la altura de las circunstancias. Que no se diga que no se ha intentado…

Y es que asistimos a una «gran» fiesta en la que no hemos sido invitados, ya que los participantes se lo pasan de miedo (o eso quieren hacer creer), cómplices con un humor que quizás les haga gracia a ellos, pero que se queda en tierra de nadie, a pesar de los esfuerzos de los cómicos participantes. Y es que es complicado intentar divertir y entretener encerrados en un salón durante seis horas, notándose que les falta soltura y comodidad, siendo finalmente un circo sin sentido ni lógica, y que supone un desastre indigno de la plataforma. Para esto me pongo Me Resbala, que tampoco era la gran cosa, pero que al menos era más ameno, estaba mucho mejor presentado y encima contaba con casi los mismos cómicos, por cierto, mucho más inspirados.

Soy consciente de que estamos ante la versión española de un programa japonés, con todo lo que ello conlleva, pero no percibo grandes esfuerzos por hacer un programa mínimamente divertido o entretenido, relegando todo el peso del formato a los cómicos invitados, que a ratos parece que se lo pasan bien, pero que no nos hacen artífices de unas bromas en las que las risas brillan por su ausencia. No nos engañemos, nadie esperaba una obra maestra, pero tampoco una propuesta tan descafeinada, fallida e insustancial. Al final el que pierde es el espectador, y no, no es por reírse… No perdáis el tiempo.