
Ya se han dado a conocer todos los premios de los Oscars 2021, una gala que muchos están catalogando como la peor y más soporífera de los premios más importantes del cine… Bueno, esto último es más que discutible, ya que cada año van a peor y pierden más audiencia. No debería ser ninguna sorpresa el resultado de la gala, ya que el orquestador de todo fue el inclasificable Steven Soderbergh, un director que lo mismo te anuncia su retiro que te dirige veinte películas en dos años. Viendo sus últimos (y fallidos) trabajos, no es de extrañar que todo fuese un desastre. Y es que los antaño glamurosos premios se han olvidado de algo esencial, el espectáculo, decantándose por producciones independientes y más intimistas, y durmiendo a las ovejas con sus shows de cuatro horas.
Dicho esto, toca meterse en faena. Nadie dudaba que el premio gordo de la noche iba a ser para la intimista Nomadland, drama que tiene algunos elementos rescatables, pero que te deja igual que estabas, siendo una de esas producciones independientes que encandilan a los críticos pero que el público aborrece. La eterna batalla, que se sigue saldando con dar la espalda a los que pagan la entrada, y de ahí el premio a mejor película para una película que todos habremos olvidado mañana. Personalmente, y sin ser nada del otro mundo, me gustaron más Sound of Metal o El juicio de los 7 de Chicago, aunque es innegable que el nivel de los films de este año ha sido bastante bajo, de ahí que se colasen algunas películas por sorpresa en las nominaciones.
Por supuesto, el Oscar a mejor director(a) fue para Chloé Zhao, por Nomadland, ya que los académicos no iban a desaprovechar una oportunidad semejante. Obviamente, los titulares rezan otro hecho histórico, al ser la segunda mujer en dicha categoría en levantar la estatuilla. Vista la película, no creo que lo merezca, habiendo compañeros de profesión mucho más inspirados. Pero los movimientos mandan, y aquí está el resultado. Veremos qué ha hecho Zhao con la próxima Eternals, cinta de Marvel que todavía no sé muy bien quién ha pedido…

Sorpresas en los premios interpretativos, ya que Frances McDormand se ha llevado su tercer Oscar (que se dice pronto) también por Nomadland, siendo éste el último premio de la noche para el film. Muchos han destacado este hecho, considerando que es poco para una película tan aplaudida y cacareada. ¿Quizás es que la película no es para tanto? En un año hablamos, que aún duele lo de La forma del agua o Moonlight, por citar dos ejemplos recientes. Respecto a lo de McDormand, me alegro por la estupenda actriz, pero creo que era el momento de dar paso a otros talentos.
Y seguimos con las sorpresas, ya que Anthony Hopkins logró su segundo Oscar (el primero fue por El silencio de los Corderos) por El padre, arrebatándole el premio póstumo al malogrado Chadwick Boseman (Wakanda Forever). Sin haber podido ver todavía el drama de Hopkins, tengo sentimientos encontrados, ya que me hubiese encantado ese reconocimiento al joven actor (sigue doliendo su prematura marcha), pero no se puede decir que su interpretación fuese magistral (aunque sí estupenda), notándose que estaba todo muy forzado. Al final los académicos han sido valientes (sólo en esto) y han obsequiado al siempre fabuloso Hopkins. Nada que objetar, pero sorprende, ya que el nombre de Boseman estaba en casi todas las quinielas.
Y seguimos con las sorpresas, ya que Daniel Kaluuya ha sido galardonado como mejor actor secundario por Judas y el mesías negro. Como no he visto la película, no voy a juzgar, pero a mí no me convenció nada el intérprete en Déjame Salir (horrible cinta de «terror»), y no hablemos ya de otros trabajos (actúa dormido…). Ya juzgaré en su momento (al final me va a tocar ver el film, ya sea por comprobar si esto tiene sentido), pero me huele a concesión, no vaya a ser que… Y sí, otro nombre que no sonaba, ya que la mejor actriz de reparto fue a parar a las manos de Youn Yuh-jung por Minari (que se tuvo que conformar con las migajas). Como tampoco he visto el film, no puedo valorar la interpretación, pero me alegro por la actriz.

Mejor guion original fue para Una joven prometedora (Promising Young Woman), film que está generando mucha controversia y comentarios. Era para muchos la opción a mejor película, pero se tuvo que conformar con el mejor guion original, que es un premio que siempre tiene su aquel, ya sea por premiar la originalidad y frescura de la historia. Por otro lado, el mejor guion adaptado (un premio hermano del original con menos interés) fue para El padre, que a lo tonto se llevó más premios de los esperados.
El premio de Mejor película internacional (o de habla no inglesa) fue a parar a Otra Ronda (Another Round), aplaudido drama que no me cautivó, siendo para un servidor bastante sobrevalorado. Es curioso que hace años nominasen a la fascinante La caza (muy recomendable), con el mismo director y actor protagonista, y se fuese de vacío, cuando es infinitamente superior a la que nos ocupa. Cosas que pasan. También destacar el premio a Soul (que ya habíamos olvidado casi todos) como Mejor película animada. También se llevó el de Mejor banda sonora. Cero sorpresas. Y como fueron unos premios repartidos, hubo galardones técnicos de consolación para la fallida Mank (una de las peores películas de Fincher), la horrible La madre del Blues (me temo que los premios son por motivos ajenos a la calidad del film) o Tenet (un Nolan menor).
En conclusión, la sorpresa (en lo que respecta al apartado actoral) y la concesión (todo lo demás) se dieron la mano en una noche aburrida, que muchos recordarán como una de las peores. Creo que los académicos deberían reflexionar y hacer un poco de autocrítica, porque unos premios que antes llamaban la atención y eran un show esperado, ahora son una sombra de lo que fueron y cada vez van a peor. Ellos verán, pero no ayuda que premien y nominen a ladrillos con los que el público se duerme o arquea la ceja. Ahí lo dejo.
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