Tenía mucha curiosidad por ver este nuevo documental de Netflix, compuesto de tres episodios y que nos cuenta la historia de Nevenka, la cual denunció el acoso sexual de su jefe (alcalde de Ponferrada), en unos tiempos (concretamente inicios de siglo XXI, que parece que fue ayer, pero seguían siendo otros tiempos) en los que poco o nada se hablaba del acoso sexual, y donde una valiente denunció unos hechos lamentables, a sabiendas de que tenía las de perder.
La miniserie documental ha traído bastante cola, ya que fue un caso complicado y que puso de relieve el machismo imperante en esos momentos (la cosa ha mejorado, pero sigue estando presente), con una sociedad que prefirió creer al acusado que a la víctima, por mucho que esta última ganase el juicio, pero no el juicio social, con un desenlace bastante injusto. La verdad es que los responsables no han podido escoger mejor momento para presentar su producción, a pocos días del Día de la mujer, y cuando el ambiente está más crispado que nunca. Aunque esa es otra historia…
Centrándonos en el documental que nos ocupa, se agradece que se haya contado todo en tan solo tres capítulos, uno de ellos de apenas media hora de duración, sin la necesidad de aportar documentación innecesaria (es decir, relleno) con tal de hacer la producción más larga, como sí se hace con otros documentales de la plataforma. Destacar también el gran trabajo técnico de sus responsables, compaginando archivos de la época con entrevistas actuales, aunque haya algunos testimonios que quizás sobren, porque aportan más bien poco. Quizás también se le podría achacar al documental cierta frialdad a la hora de presentar los hechos, pero es cierto que es muy complicado contar la historia de otra forma, agradeciéndose ese emotivo final, el cual invita a la esperanza.
Por supuesto, esto no sería lo mismo sin la participación de su protagonista, que es la que aporta más sentimiento y tiene más interés, relatando los hechos con sinceridad y cercanía, haciendo que nos impliquemos más en su historia. Todo un acierto que sus responsables hayan decidido darle voz, ya que la cosa no habría sido lo mismo sin su generosa participación. Ella es el corazón y el alma de la miniserie, además de un ejemplo para todos. Me alegra que el tiempo le haya dado el reconocimiento que merece por su valor. Una heroína que se enfrentó a los poderosos y venció, aunque la recompensa tardase demasiado en llegar, en parte por una sociedad miope que no supo ver más allá.
En conclusión, estamos ante un documental imprescindible, con un caso que supuso un inicio prometedor del movimiento Me Too (Yo también), cuando todavía no estaba a la orden del día (afortunadamente ya no es así), y todo gracias a Nevenka Fernández, que pasó de ser víctima a heroína, demostrando un gran coraje en una sociedad que no estaba preparada para que una mujer dijese «basta». Historia de este país y que todos deberíamos ver, ya sea por no cometer los mismos errores del pasado. Gracias, Nevenka.
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