
Apenas unos pocos meses después del estreno de la primera temporada de la entretenida Jurassic World: Campamento Cretácico, nos llega a Netflix su segunda entrega, con otros ocho episodios y dejando claro que en realidad estamos ante una temporada dividida en dos partes, por mucho que en la anterior hubiese un clímax y un final sorpresa. Me parece una buena estrategia por parte de la plataforma, ya que en este caso no se engaña a nadie (al contrario que en la reciente Lupin, que se suponía que iba a ser una miniserie…), siendo una segunda entrega que mantiene el espíritu de los anteriores episodios, aunque perdiendo la frescura por el camino.
Y es que es innegable que la primera temporada fue una sorpresa para todos, ya que se presentaba como un producto de animación para todos los públicos, cuando en realidad era una digna continuación de la saga, que poco o nada tiene que envidiar a las nuevas películas (que no me parecen nada del otro aquel) y que cumplía su cometido de entretener a la perfección. El hecho de que no se cortasen un pelo a la hora de presentar la muerte de algunos secundarios (increíble es quedarse corto), confirmó que estábamos ante algo como mínimo arriesgado (no olvidemos que es un producto enfocado a los más pequeños de la casa).
En estos nuevos capítulos volvemos a asistir a un festival de persecuciones, tensión y muertes, aunque perdiendo la chispa y la garra por el camino, con unos episodios en los que se presentan nuevos elementos, pero dejando la sensación inequívoca de relleno (en especial a los primeros, ya que a la sere le cuesta arrancar). Es exactamente lo mismo que le sucedía a la muy fallida El reino caído, que no es otra cosa que ser un producto de transición, a la espera de algo más grande e importante, porque sí, habrá más, y ese final abierto no hace más que confirmarlo.
Se agradecen episodios como el de Ben (arriesgado y de los mejores) o el clímax de esta segunda temporada, pero se nota que sus responsables se han acomodado, introduciendo una nueva subtrama (la de los cazadores, que no da mucho de sí) con la única intención de ralentizar el devenir de los acontecimientos y poder justificar que haya más entregas de la serie. No obstante, estamos ante una temporada competente, aunque no esté a la altura de lo presentado en su primera parte, esperando que los responsables sepan cómo cerrar las aventuras de estos entrañables y carismáticos personajes. En conclusión, aunque ha supuesto una ligera decepción, sigue siendo una gran opción, y más para los fans de la saga. A la espera de nuevas aventuras, aunque no conviene estirar demasiado la cosa.
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