Hello Neighbor – Análisis Videojuego – Una buena idea arruinada por una jugabilidad errática y una dificultad excesiva

Recientemente he finalizado Hello Neighbor (cuyos gameplays subí en mi canal de Youtube), popular videojuego que estuvo de moda hace unos años (siempre llego tarde) y que adquirí a un módico precio, interesado en experimentar la aventura en la que un tétrico vecino nos hace la vida imposible. Tengo que reconocer que me acerqué a la propuesta sin ningún tipo de prejuicio (a pesar de sus malas notas en revistas especializadas del mundillo) y con la única intención de pasármelo bien. Lo que jamás hubiese imaginado es padecer una de las experiencias más caóticas de mi vida, en lo que respecta al mundo de los videojuegos. Y es que los contras ganan la batalla en un videojuego bastante fallido.

El punto de partida es muy interesante, ya que debo reconocer que me fascinan los juegos de este tipo, a pesar de no ser muy aficionado al sigilo, pero la idea de que un personaje te persiga y debas ocultarte me encanta, en especial por la adrenalina y la tensión generadas, como sucede, por ejemplo, en la saga Resident Evil. Sabía más o menos la base central, que es la del acecho del vecino, pero he errado en no informarme más al respecto, ya que la dificultad es tan excesiva que lastra la experiencia por completo.

De verdad que me es imposible imaginar a alguien pasarse un juego de estas características sin ayuda (es decir, tutoriales) de ningún tipo. Ni un superdotado, oiga. Y es que los desarrolladores se han pasado de frenada, con una serie de puzzles imposibles que no tienen sentido o pecan de bizarros (hay cosas que tela…), en los que ni estrujándonos los sesos podremos salir airosos, colmando nuestra paciencia y haciendo que sea impensable disfrutar con el juego, más bien todo lo contrario.

Y es que los gráficos con estilo «cartoon» quizás lleven a confusión, como ha sido mi caso, pensando que estaría ante una propuesta sencilla y apta para todo tipo de público, cuando la historia también se las trae, en una trama plagada de metáforas y simbolismos que haría las delicias de David Lynch. La verdad es no sé a quién se le ocurre, pero sólo espero que este juego no haya caído en demasiadas manos infantiles, porque es tétrico y oscuro hasta decir basta.

Nada que objetar sobre los gráficos, ya que son los que son y tampoco estamos para exigir demasiado en un producto de estas características, aunque no se puede negar que son de hace un par de décadas, siendo generosos. Se nota que el estudio no sabía lo que tenía entre manos y ha preferido apostar por la jugabilidad que no por lo vistoso del conjunto.

El problema es que la jugabilidad es tosca, falla y pone de los nervios, en un apartado de claro suspenso. Sigo sin entender porqué los desarrolladores exigen de más a los jugadores cuando ofrecen luego unas configuraciones tan horribles, con unos saltos imposibles, un manejo de los objetos bastante cuestionable o un vecino que no nos dejará respirar en casi ningún momento. Lo sé, muchos pensaréis que esa es la idea, pero es que a veces cuesta avanzar cuando tienes al villano soplándote en la nuca a cada minuto, haciendo que el conjunto sea ciertamente insufrible.

La duración depende del jugador, componiéndose el juego de tres actos y un final. Si tienes las cosas claras puedes acabar el juego en menos de tres horas, pero si no es el caso (como un servidor), será mejor que te armes de paciencia. El primer acto es el mejor con diferencia, dejando una buena sensación, en especial teniendo en cuenta el trepidante desenlace del mismo. Lástima que todo sea un espejismo y los responsables del juego no sean capaces de mantener el nivel, complicándolo todo sin venir a cuento, de forma moderada en el acto dos, que todavía tiene un pase, y de forma espantosa en el tercero, que ya destruye todo lo conseguido hasta el momento. Cierto es que la cosa mejora un poco con el acto final (bastante más sencillo y de apenas media hora), pero una vez acaba todo, nos queda una sensación agridulce, confirmando que el viaje no ha merecido la pena.

La banda sonora brilla por su ausencia en casi todo el juego, con una melodía curiosa cuando nos persigue el vecino, y algunos logrados e inquietantes sonidos de televisión y radio, pero poco más, en un apartado poco esmerado y muy perezoso… como los gráficos.

Sobre la historia, simplemente dejar claro que juega a ser profunda y original, pero acaba siendo confusa y de difícil digestión, por mucho que los desarrolladores hayan querido estirar el chicle con una precuela y una secuela (ya confirmada), a las que por supuesto no me acercaré y que se supone que dan más información al respecto. Ni en eso atinan, y el que quiera buscar explicaciones al argumento y su decepcionante desenlace, mejor que recurra a las teorías (en plataformas digitales, obviamente) de los que se lo han pasado. Hay para todos los gustos. Ni M. Night Shyamalan…

En conclusión, estamos ante una experiencia caótica y a ratos insoportable, debido a una inexplicable dificultad, en la que los puzzles son imposibles hasta para los más avispados, y con una pobre jugabilidad y una infumable historia que no hacen más que confirmar que estamos ante una propuesta fallida. Una pena, porque me hubiese conformado con bien poco, pero el tiempo que he perdido buscando pistas en otros sitios e intentando acabar esta aventura no está justificado. Una de esas modas que jamás comprenderé.

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