
Después de muchos años, justo en este terrible 2020 (sobran las palabras), he decidido acercarme de nuevo a uno de mis cómicos preferidos de mi infancia/adolescencia. Y es que Cruz y Raya fue un dúo mítico, herederos del humor de los también geniales Martes y Trece, el cual ofrecía grandes personajes y números cómicos impagables, siendo su etapa dorada en la década de los 90, destacando su especial navideño homenajeando a esa obra maestra que es Terminator 2.
Con el paso de los años, me distancié del humor de Mota (ya separado de su compañero Juan Muñoz), ya que, o yo crecí, o simplemente él cambió su humor, pero el caso es que he decidido arriesgarme con su especial para despedir este inclasificable año con el curioso título de «Adiós, dos mil vete: Cinema Paraeso«. Después de su exitoso paso por Mask Singer, el cómico repite su labor de intentar alegrarnos la nochevieja, y este año era más importante que nunca, ya que las risas son imprescindibles en estos momentos.
El especial navideño es un homenaje al clásico Cinema Paradiso (se nota la vena cinéfila del cómico), aprovechando Mota la oportunidad para poner a su hijo como secundario de lujo, el cual se lo pasa en grande. Curiosamente, quizás los momentos Cinema Paradiso sean los mejores, con ese gran homenaje a los ancianos (seguramente los más perjudicados por la pandemia), pero es que son casi calcados de la película original, por lo que el mérito es poco. Quitando eso, poco más se puede destacar, habiendo varias cosas a comentar, pero muy pocas positivas. Y es que no deja de ser una oportunidad perdida de hacer un especial a la altura de las circunstancias, añorando los grandes momentos de Mota, cuando sí daba en la diana con sus bromas.

Mota no desaprovecha la oportunidad para hacer chistes sobre el coronavirus o lanzar dardos a los políticos del país, con incluso mención especial al inclasificable Donald Trump, uno de los grandes protagonistas de este año, aunque haya sido por las razones equivocadas. Obviamente, también hay parodia del popular Fernando Simón, ya que se trata de un personaje imitable hasta decir basta, así como de Bartomeu o el Rey, con temas de actualidad reciente. Ha sido rápido.
Sobre las bromas a los políticos, hay bastante para todos, aunque las críticas hacia uno de lo lados son demasiado sutiles, en especial a cierto partido al que ni se menciona. ¿Quizás por temor a las despiadadas críticas? ¿O quizás por no darles visibilidad? Quién sabe, pero se le ven las costuras a sus responsables. Por otro lado, los sketches son demasiado breves, por lo que cuesta adentrarse en unas tramas que pretenden ser desternillantes. Sobre la base, las bromas pueden tener su gracia, como la parodia de Miguel Bosé (hilarante), el momento influencers (acertado, pero carente de gracia), el de The Ring (por lo efectivo, no por otra cosa) o, sobre todo, lo del Satisfyer, pero a Mota le es imposible despertar la carcajada, si acaso sonrisas tímidas y poco más.
Por supuesto, no podían faltar sus grandes amigos, Florentino Fernández y Santiago Segura, aunque sea para apenas dos minutos. Es una lástima que ya no cuente con Juan Muñoz, su otra parte del mítico dúo Cruz y Raya, siendo obvio que la ruptura entre ambos (al menos en lo que respecta a lo profesional) es permanente. Con lo bonito que sería un regreso del dúo, aunque fuese de forma esporádica y a modo de especial.
En conclusión, estamos ante un especial ciertamente decepcionante, que se queda a medio gas y en el que las risas brillan por su ausencia. Se nota que está cargado de buenas intenciones (el mencionado homenaje a los ancianos o la parodia de películas), pero éstas no son suficientes para hacernos olvidar que el antaño gran José Mota ha perdido el humor que le caracterizaba, no siendo el que era. Estoy seguro de que el especial encontrará su público y habrá satisfecho a muchos, pero no me encuentro entre ellos, y mucho me temo que no estoy solo en esto. Una pena.
A mí me da que es porque nos hacemos mayores y algunas gracias ya nos parecen insulsas… será?
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No sé qué decirte… A mí no me sacaron ni una sonrisa… Creo que su humor ha cambiado, pero se agradece el intento.
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