Superniños – We Can Be Heroes – Película Netflix – Crítica – La nueva bobada de Robert Rodriguez es tan ridícula que no es apta ni para los más pequeños

Como ya he indicado en varias ocasiones, el incombustible Robert Rodriguez es capaz de lo mejor, como la sensacional Abierto hasta el amanecer (aunque parte del mérito es de su amigo Tarantino) o la reivindicable The Faculty (de la que la película que nos ocupa coge algunos elementos), y de lo peor, como su insufrible saga de Spy Kids. Y es que, desde que fue padre, decidió que quería contentar también a sus hijos, una decisión muy loable, aunque los resultados fuesen poco menos que ridículos, en una cruzada que no ha hecho más que manchar su variopinta filmografía.

Sin que nadie se lo pidiese, el director ha decidido traernos una especie de spin-off o continuación de Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl (que admito que no he visto… ni pienso hacerlo), en exclusiva para Netflix (con un gusto por los productos de baja calidad que da qué pensar…) y rodeándose de un gran elenco de populares actores, no vaya a ser que nadie quiera ver su nueva bobada. Porque eso es exactamente lo que es Superniños/We Can Be Heroes, un atentado al buen gusto que no merece llevar en su título original la letra de la mítica canción (Heroes, para los despistados) y que supone una de las mayores pérdidas de tiempo de este terrible año 2020. Y eso, amigos míos, es decir mucho.

Jamás entenderé la necesidad de Rodriguez de encargarse de la dirección, el guion, la fotografía, la banda sonora, los efectos especiales y todo lo que se le ponga por delante, cuando ha dejado bien claro que es incapaz de desenvolverse con buen hacer en todos esos apartados, ofreciendo, en no pocas ocasiones, trabajos mediocres. Su última película no es una excepción, con unos efectos visuales que sin impropios hasta de la década de los 80, feos y chirriantes a más no poder, notándose que el estudio detrás de esta tontería no ha sido demasiado generoso con el presupuesto. Repito, ¿quién ha pedido esto?

Tampoco ayuda el libreto, demasiado estúpido hasta para los niños a los que se supone que va dirigida, con unos giros de guion supuestamente sorprendentes pero que se ven venir de lejos o un final que es la guinda del pastel (de lo idiota que es), y con unos personajes que no conocen lo que es el carisma, ni se espera que lo aprendan. Obviamente, la película está dirigida a los más pequeños de la casa (los adultos la van a sufrir, ya que parece escrita por unos alumnos de preescolar…), pero dudo que ni éstos la disfruten, en un cóctel sin sustancia y con poco que ofrecer. Sí, hay un gag inspirado (el momento «Carros de fuego«), pero nada más, en una hora y media que te hace plantearte el sentido de la vida.

Aviso a los fans de Sharkboy y Lavagirl: su presencia es testimonial, rozando el cameo, al igual que sucede con los populares intérpretes, secundarios de lujo que apenas aparecen cinco minutos, y que han sido aprovechados de forma sucia en el material promocional, con el único objetivo de intentar enganchar espectadores que de otra forma no se hubiesen acercado a esto ni a punta de pistola. Porque sí, sin la presencia de Pedro Pascal, dudo que me hubiese acercado a esto, y total, para que aparezca dos minutos…

Y es que da mucha pena ver a actores de la talla de Christian Slater, Boyd Holbrook (protagonista de Narcos junto a Pascal) o el actor de moda, Pedro Pascal (protagonista de The Mandalorian y villano en Wonder Woman 1984), pasearse por esta memez, aunque sea en pocos minutos, con el único objetivo de llamar la atención de los incautos espectadores, como ha sido mi caso. Una estafa, se mire por dónde se mire. Los niños tampoco están demasiado inspirados (salvo alguna excepción), y menos la protagonista, poco creíble y sobreactuando a cada momento. Lo de Priyanka Chopra ya ni lo menciono…

En conclusión, estamos ante un subproducto bobalicón, al que no se le hubiese hecho el mismo caso sin ese director, estrenándose en otra plataforma menos conocida y con otros actores menos conocidos, siendo un despropósito que cuesta digerir, en lo que es una de las mayores tonterías de los últimos años, y creo que me quedo corto. El Cats del cine infantil. Mira que ya tenía confeccionado mi top de lo peor del año 2020, pero Superniños se cuela sin esfuerzo alguno. Otro bodrio para un año lamentable. Gracias, Robert Rodriguez…

2 comentarios sobre “Superniños – We Can Be Heroes – Película Netflix – Crítica – La nueva bobada de Robert Rodriguez es tan ridícula que no es apta ni para los más pequeños

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  1. La película la verdad estuvo meh, para mí gusto, y lo digo como alguien a quien le gusto las 3 películas de la saga spy kids (la cuarta película no existe) y las aventuras de Sharkboy y Lavagirl (principalmente por qué no paraba de pasarla en el antiguo canal infantil jetix, actualmente llamado Disney XD), y pese a que reconozco que está última es una mala película la veía principalmente por qué se pasaba rápido y por su doblaje que dió para hacer memes, sin embargo sentí que está película fue un pequeño paso adelante respecto a esta última, principalmente debido a que no tiene tantos agujeros de guión como Sharkboy y Lavagirl, aún así el giro final simplemente se me hizo estúpido, solo se la recomendaría a los que disfrutaron con las 3 primeras películas de la saga spy kids (repito, spy kids 4 no existe) y con las aventuras de Sharkboy y Lavagirl, porque siendo sincero dudo que a los niños de hoy en dia les guste esta película, ellos ya están más acostumbrados a películas de Marvel y DC

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