
Hablar a estas alturas de George Clooney es demasiado evidente. Y es que estamos ante uno de los últimos galanes de Hollywood, el cual últimamente ha estado más involucrado en su (sorprendente) paternidad y en sus proyectos como director, así como en ciertos populares anuncios. Aunque le tengo gran estima al intérprete, no puedo negar que sus trabajos tras las cámaras siempre me han dejado frío, sin excepción, siendo todas propuestas bastante insustanciales, aunque no sería justo no reconocer que, en su momento, Buenas noches, y buena suerte, fue aplaudida por la crítica. No obstante, ¿alguien la recuerda?
Ahora se atreve con Cielo de medianoche, drama de ciencia ficción y nueva exclusividad de Netflix (que llevan un año que tela…), la cual ha sido algo ninguneada por la crítica, calificándola de producto fallido. Una vez vista, entiendo la recepción tibia, aunque tampoco es el drama existencial y soporífero que me esperaba, pero sí una película del montón, que denota frialdad en su conjunto y que quiere ser muchas cosas a la vez, quedándose finalmente en tierra de nadie.
Clooney ofrece una dirección a la altura de las circunstancias, con unos efectos visuales más que dignos y con unas escenas espaciales muy bien rodadas, no teniendo nada que envidiar a otras producciones más ambiciosas. El problema es que el bueno de George pretende ofrecernos un híbrido entre Marte, Gravity (que el actor secundó) o Interstellar, todas ellas muy superiores al producto que nos ocupa. No ayuda que en el film convivan dos subtramas, una la de Clooney intentando sobrevivir, y la segunda la espacial, con una tripulación intentando regresar a la Tierra. El problema es que la segunda engulle a la primera de forma despiadada, con un Clooney más secundario de lo esperado, y en una trama engañosa y con alguna trampa que se ve venir de lejos.

Estamos ante una adaptación de una novela, y no sé hasta qué punto se respeta el material original, pero todo es demasiado caótico, siendo dos películas en una, y ninguna de las dos consigue dejar huella, a pesar de sus buenas intenciones. Sí, hay un par de momentos logrados (como el desenlace), pero es imposible obviar la sensación de que estamos ante una película ya vista y del montón, que no aporta nada y con un mensaje claro y necesario, pero que queda empañado por los endebles resultados finales.
En el elenco actoral tenemos al siempre solvente George Clooney, con un trabajo entregado (para algo es su película), aunque es mejor dejar claro que es un secundario más, compartiendo el protagonismo con los miembros de la tripulación espacial, interpretados por unos convincentes Felicity Jones (embarazada de verdad en el momento de rodar), Kyle Chandler y Demian Bichir, seguramente el mejor del reparto junto a Clooney. Se nota que el popular cineasta ha querido rodearse de un gran reparto, y el nivel mejora gracias a su buen hacer.
Finalmente, la película deja una sensación de frialdad, a pesar de un par de momentos emotivos, sintiéndose como otro film fallido del cineasta, que no acaba de dar con la tecla adecuada a la hora de ponerse tras las cámaras. No obstante, sólo por ver lo estupendo actor que es, ya merece la pena, aunque no deja de ser otro film de Netflix que se olvidará antes de lo esperado. Y van…
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