Desde Italia y cortesía de Netflix, nos llega La increíble historia de la Isla de las Rosas, película basada en hecho reales, de esas que cuestan creer por lo surrealista de los acontecimientos. La cinta ha llegado sin hacer demasiado ruido, como suele suceder últimamente en la plataforma, la cual tiene poco interés en promocionar sus propios productos. La crítica tampoco se ha mostrado demasiado entusiasta, y es una pena, porque estamos ante una comedia estimulante y simpática, la cual tiene como gran contra que se queda a medio gas, a pesar de sus buenas intenciones.
La dirección es prácticamente impecable, con unos sutiles efectos especiales que no chirrían, notándose el cuidado en el apartado técnico, además de algunos momentos bastante logrados, haciendo que el resultado sea ameno, fresco y eficaz. No obstante, la película dura unas exageradas dos horas, sobrándole minutos, ya que una duración más reducida la hubiese beneficiado como producto desenfadado. No cabe duda de que se podría haber contado lo mismo con quizás veinte minutos menos.
En cuanto al guion, se aborda la historia original con un acertado toque de comedia, con instantes impagables (la carrera de motos y su desenlace), arrancando la función de forma fascinante, pero perdiendo garra el conjunto a medida que avanza la cinta, con un ecuador en el que todo se diluye, centrándose la trama en unas descafeinadas fiestas que no van a ninguna parte. Por suerte, todo se reconduce en su emotivo final, con un clímax que hace que haya merecido la pena la experiencia, pero dejando la sensación de que se podrían haber hecho las cosas de otra forma mucho más eficiente.
En cuanto a los personajes, todos cumplen (en especial gracias a la gran labor de su elenco actoral), como es el caso de su protagonista, soñador y entrañable, y al que se le coge cariño enseguida. La historia está presentada para que nos pongamos de su lado, y la verdad es que, a pesar de lo absurdo del asunto, no queda otra que empatizar con su personaje principal, a pesar de sus locuras. Y es que estamos ante una de esas historias que merecen ser contadas, con unos personajes con fondo y un mensaje tan necesario como de rabiosa actualidad (ojo a la actitud del Gobierno italiano de la época).
En conclusión, estamos ante una amena propuesta italiana, con una interesante historia y muy buenas intenciones, pero que deja la sensación de que se podrían haber hecho las cosas mejor, al menos en lo que respecta a su guion, ya que no llega a ser redonda. No obstante, quizás estemos ante uno de los mejores films que nos han llegado a la plataforma en este año. Lo sé, eso no es decir mucho, pero es infinitamente superior a otros productos similares, más aplaudidos y exitosos. Una pequeña sorpresa que deja con una sonrisa dibujada en el rostro. Suficiente.
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