Pues aquí estamos, habiendo sobrevivido a los tan temidos spoilers (en especial en las redes sociales, donde la compasión brilla por su ausencia), ya que en esta ocasión no he podido ver el episodio en su estreno, aunque afortunadamente he llegado virgen al visionado del mismo (no seáis malpensados…). Tranquilos, al contrario que la semana pasada (episodio que me fue imposible comentar sin desvelar cierta aparición), en esta ocasión comentaré sin hacer referencia a nada clave o importante, en la medida de lo posible, por lo que, si todavía no habéis visto el capítulo, podéis leer tranquilos.
En esta ocasión dirige el señor Robert Rodriguez, capaz de lo mejor (la espléndida Abierto hasta el amanecer o la fabulosa y reivindicable The Faculty) y de lo peor (saga Spy Kids o Machete), siendo un director que no suele dejar indiferente. Aquí nos ofrece un episodio cargado de acción y momentos épicos, en el que la trama principal por fin avanza (sí, soy de esos que lo pedía a gritos, que ya tocaba…). Y es que cuando el episodio se llama «La tragedia«, es obvio que algo importante va a suceder.
Rodriguez presenta una dirección más colorida y convencional que la de Filoni en el episodio anterior (más estilizada), pero no por ello menos lograda, con instantes impactantes, en especial uno en concreto que parece un homenaje a Iron Man, notándose las referencias. Muchos fans aplaudirán como locos, eso seguro. Y es que la serie busca precisamente eso, tocar el corazón de los amantes de la saga espacial, y lo están consiguiendo con creces, algo que Disney fue incapaz ni de rozar con la última trilogía… Pero no estamos aquí para hablar de eso.
La historia comienza con un Mando más cercano y hablador, notándose la evolución del personaje, aunque considero que ha perdido parte de ese aire místico y enigmático que le caracterizaba, en pos de un protagonista más entrañable y que caiga todavía más simpático al público. Tampoco me parece algo que lastre el conjunto, pero los secundarios se lo están comenzando a merendar con patatas, y más cuando son los grandes protagonistas de los mejores momentos del capítulo, como ya sucedió en el anterior episodio. ¿Soy el único que se ha dado cuenta de esto?
Se resuelven algunas preguntas, con unos inesperados aliados, dos viejos conocidos que están a la altura de las circunstancias, en especial uno de ellos. ¿Quién nos iba a decir que ESE personaje iba a regresar después de tantos años? La magia de Disney… perdón, de Star Wars. Se agradece que se rescaten personajes y elementos de los peores episodios de la anterior temporada, dándoles sentido a su existencia, ya que hasta el momento eran poco menos que relleno.
Por fin los responsables de la serie (con Jon Favreau a la cabeza) han mostrado algunas cartas de la baraja, no reservándoselo para el gran final, un desenlace de temporada que promete. Si las cosas van bien, podremos decir sin temor a equívoco que esta segunda temporada no sólo ha estado al nivel de la primera, sino que además quizás la supere, en una de las series más entretenidas y satisfactorias del momento. Y es que al final lo importante es pasárselo bien y disfrutar de la experiencia, seas fan o no de la famosa saga. En conclusión, otro gran episodio, quizás a la altura de los mejores, y que sienta las bases de lo que está por llegar. Más así, por favor.
Ocio World 
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