
Hace dos años, el director Timo Tjahjanto (también responsable de la maravillosa The Night Come for Us), nos ofreció una efectiva y lograda propuesta de terror, Que el diablo te lleve (May the Devil Take You), película de Indonesia que tenéis en Netflix. La cinta no era ninguna maravilla, pero sí suponía un buen entretenimiento y un más que digno homenaje a Posesión Infernal (Evil Dead), mítica saga de la que bebía sin ocultar sus referencias en ningún momento.
El cineasta ha decidido repetir tras las cámaras y con el guion, con una secuela con la promesa de ofrecer más y mejor, que es la máxima de toda secuela que se precie. Por fin he podido visionarla, y debo confesar que está a la altura de la primera, quizás incluso un poco por encima, al volver a presentar un terrorífico tren de la bruja que apenas da respiro, en la que es seguramente la mejor película de terror del año, aunque tampoco ha habido mucha competencia al respecto.

El director vuelve a realizar una gran labor, cumpliendo lo que muchas películas del género ni siquiera rozan, y es dar auténtico miedo. Y es que en el film hay los suficientes momentos inquietantes y tétricos (ya desde el minuto uno), siendo quizás la gran película de terror del año, por lo menos en lo que a dar miedo se refiere (nada sencillo, cabe señalar). No obstante, le sucede lo que a muchas producciones de las mismas características, y es que por el final el terror se diluye, habiendo asimilado los trucos y perdiendo parte del efecto inicial.
Por otro lado, el bueno de Timo sube la apuesta con más gore, sangre y mala baba, en un cóctel que hará las delicias de los amantes del género, siendo una propuesta casi imprescindible para los mismos. Se notan las referencias a Evil Dead, siendo un producto que lo homenajea con cariño y buen hacer. Hay planos que harían estar orgulloso a Sam Raimi, en un trabajo casi impecable por parte del director, con un maquillaje y efectos por encima de la media. Así da gusto.

El guion funciona, aunque con unos personajes planos que sólo sirven para ser carnaza, y repitiendo quizás en exceso el esquema de la anterior entrega, habiendo momentos muy similares y notándose que el director y guionista ha querido ir sobre seguro. No obstante, no es nada que empañe el conjunto final, siendo una secuela a la altura de las circunstancias, la cual seguramente pierda el factor sorpresa, pero que vuelve a ser una estimable cinta que da lo que promete, o incluso más. En cuanto al reparto, todos cumplen y resultan convincentes, destacando a la gran protagonista, aunque a veces peque de sobreactuación.
En conclusión, estamos ante una segunda entrega que no engaña a nadie, que satisfará a los fans de la primera y que presenta una serie de elementos por encima de la media. Muy recomendable y quizás la mejor película de terror del año. Atentos al cine Made in Indonesia, porque llevan unos últimos años tremendos.
Pinta bien… habrá que verla. Aún la primera!
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Te gustarán más dos, que te conozco 🙂
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Buah, vi la primera y se me hizo bola… A ver si la segunda…
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Tú sí que eres bola…
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