
Estrenada con relativo éxito y unas críticas más positivas de lo esperado, Superagente Makey es un homenaje a las cintas de acción de los 80. Y las intenciones son buenas, pero no dejan de ser fallidas, en un producto insustancial que acaba siendo una más en el panorama español, aunque se quiera distanciar del mismo.
El director es el temible Alfonso Sánchez (actor visto en las dos partes de Ocho apellidos vascos), responsable de la infame El mundo es suyo, cinta española que es mejor olvidar cuanto antes. Aquí nos ofrece una producción bastante más decente, aunque con un trabajo técnico bastante insípido, desaprovechando el entorno de Estepona, así como otros elementos, con una acción que no está a la altura de las circunstancias (atención a su decepcionante clímax).

Respecto al guion, se nota que sus responsables aman (o le tienen algo de aprecio) al cine de acción de los 80 y 90, haciendo constantes referencias (todas muy obvias) durante la primera media hora (la mejor del film) y buscando un entorno veraniego, como en infinidad de películas de la misma índole. El problema es que, si quitases ese aspecto de la película, no pasaría absolutamente nada, quedándose en una declaración de intenciones que no aporta nada al conjunto.
Y es que la acción brilla casi por su ausencia, detonando todo por el final de la cinta, con unos villanos que tardan en hacer acto de presencia, más preocupados los guionistas en contarnos la problemática relación del protagonista con su hija, que no en la trama policial, prácticamente inexistente y sin garra. Tampoco nos podemos quejar, ya que al menos nos ahorramos la típica trama romántica.

En cuanto al reparto, tenemos al cómico Leo Harlem entregado a la causa, como siempre, pero del que no se puede negar que siempre actúa igual. Quizás el hecho de que sea cómico y no actor tenga algo que ver, pero causa simpatía en sus aportaciones, por lo que tampoco tengo nada que objetar. También tenemos a un Jordi Sánchez pasándoselo en grande como alivio cómico, o a una desaprovechada Silvia Abril, en un papel más serio de lo esperado, demostrando que lo suyo son los registros alocados.
Al final estamos ante una comedia al uso, no aportando absolutamente nada como homenaje a las action movies, siendo un producto de usar y tirar, que no sabe aprovechar su premisa y que se queda en tierra de nadie. Una pena, porque prometía, pero una cosa son las buenas intenciones y otra muy distinta lograr homenajear con estilo. No es el caso. Una más.
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