
No me suelo perder una de Adam DeVine (que parece el hermano menor de Jack Black), actor que me causó bastante tirria en la primera entrega de Dando la nota (Pitch Perfect), pero al que aprendí a querer en su secuela y producciones posteriores, siendo un actor de esos de los que apetece ver las locuras en las que está involucrado.
La premisa de Jexi hizo el resto, ya que se nos propone una especie de parodia de Her (la cinta de Spike Jonze con el siempre sensacional Joaquin Phoenix), dando una vuelta de tuerca sobre la relación de un solitario adicto a los móviles y su nueva adquisición, un móvil con sistema de última generación, ofreciendo una serie de desternillantes situaciones, a cada cual más rocambolesca.
Quizás el punto de partida no sea el más original del mundo, pero una vez vista debo confesar que me he encontrado con una divertida y eficaz comedia, que da lo que promete y con un DeVine en su salsa. Es curioso, porque los críticos la machacaron sin piedad en el momento de su estreno (comedia gamberra para pasar el rato y los críticos… nada nuevo luce bajo el sol). Quizás la clave sea dejarse llevar, como propone el film, ya que estamos ante una producción amena y simpática que no engaña a nadie si se aceptan las reglas del juego.

En la dirección y guion tenemos al dúo Jon Lucas y Scott Moore, responsables de la divertida (aunque menos de lo esperado) Noche de marcha (21 & Over), o las dos entregas de Malas Madres (la segunda muy superior a la primera). Ambos ofrecen un trabajo tras las cámaras bastante estimable, y más si tenemos en cuenta la reducida duración de la cinta (no llega a los ochenta minutos), obviando personajes de más y rellenos innecesarios, en un resultado que sólo podría calificarse como redondo.
Y es que estamos ante una comedia soez e incorrecta (música celestial para mis oídos, y más en los tiempos que corren) en no pocos momentos, siendo un tipo de cine que sólo apreciarán los que estén familiarizados o acostumbrados a este tipo de productos. El resto tenéis la última de Woody Allen, aunque dicen que no es muy buena…

La cinta cuenta con unos inspirados diálogos, así como momentos impagables, con un temible sistema (con la voz de Rose Byrne, que se pierde si se ve doblada) poniendo en constantes aprietos al protagonista, un Adam Devine volviendo a demostrar su gran vis cómica y su don para hacer de pardillo (como ya demostró en Modern Family), aunque tampoco se puede olvidar su buen hacer para los personajes desfasados. También destacar a un hilarante y necesario Michael Peña, demostrando que es uno de los mejores secundarios del momento.
Finalmente, y después de bastantes risas, la película nos propone una reflexión, bastante clara y simple, sobre el uso de los móviles en nuestras vidas, cerrando una comedia que es mucho mejor de lo que se está diciendo de ella. Y es que a veces necesitamos productos agradables, con la única intención de hacernos pasar un buen rato de risas y que dejen un sabor agridulce al finalizar. Es mi sensación, contraria a la de los críticos profesionales, ávidos de dramones existenciales que nos recuerden a cada minuto lo dura que es la vida. Me quedo con mis comedias bobaliconas (y gamberras), gracias. En conclusión, una grata sorpresa.
Deja una respuesta