Lo prometido es deuda, por lo que toca comentar el segundo episodio de la segunda temporada de The Mandalorian. La verdad es que estaba algo preocupado al embarcarme en este nuevo capítulo, ya que muchos lo han calificado como aburrido y uno de los peores de la serie. Si bien es cierto que estamos ante otro episodio de transición y que quizás sea de los menos inspirados de los diez vistos hasta el momento (no logra estar a la altura del anterior), no se pueden negar las virtudes de esta nueva aventura.
Y es que estamos ante otro entretenido homenaje al género de los Monster Movies, notándose que los responsables de la producción (como los señores Jon Favreau y Dave Filoni, entre otros) están ofreciendo historias secundarias pero más que convincentes, siendo aperitivos hasta que nos topemos con la trama principal.
Eso es algo que ya hacían en la primera entrega, aunque en aquélla, los episodios que se apartaban de la premisa principal no estaban a la altura de las circunstancias, como eran el 1×05 o 1×06. Nada que objetar del resto de episodios, todos ellos redondos. Afortunadamente, y hasta el momento, creo que los dos primeros episodios de la nueva temporada no decepcionan y dan lo prometido, a la espera de que todo explote en los últimos episodios.
Después de un estupendo inicio (suelen comenzar todos los capítulos con una escena llamativa para abrir el apetito), se nos presenta una nueva misión para nuestro enigmático protagonista y su pequeño amigo, el entrañable Baby Yoda, con el objetivo de recibir información a cambio de custodiar a una peculiar pasajera (de ahí el título del episodio).
No se puede negar que al episodio le cuesta algo arrancar, a pesar de la mencionada introducción, pero en el ecuador del mismo se pisa el acelerador y no se da respiro, en una situación ya vista en míticas sagas como El señor de los Anillos o Harry Potter, pero no por ello menos impresionante, manteniendo en tensión al espectador. Por lo tanto, misión cumplida, en todos los aspectos.
Puedo entender las críticas de algunos/as, pero yo tengo claro que hay más Star Wars en este episodio de cuarenta y cinco minutos, que en la última entrega de la trilogía nueva, por lo que no creo que nos debamos poner tampoco tan quisquillosos. Y es que estamos tanto ante un regalo para los fans de la saga, como en un cuidado y eficaz producto apto para todo tipo de paladares. Dicho esto, esperando al siguiente episodio de la semana que viene.
Ocio World 
Deja una respuesta