
Me ha sido prácticamente imposible resistirme a esta bizarrada, directamente importada de Corea del Sur, la cual consiste en que unos famosos se disfracen de forma hilarante para que unos investigadores averigüen de quién se trata después de cantar y tener una serie de pistas. Lo sé, la cosa da miedo… mucho miedo, pero es que soy masoca.
Pero la llamativa premisa no es lo único que causa curiosidad, ya que los responsables del programa han sido muy inteligentes, conscientes de que el formato quizás espante al más pintado, tirando de talonario (algo que no hacen otras cadenas, como una tal Telecirco…), fichando a un jurado, perdón, a unos investigadores con los rostros de Malú, José Mota (el que más me gusta) o los Javis (los siameses más populares de España, que no se separan ni para ir al baño…). Obviamente han echado la casa por la ventana, y se agradece, que el jurado de Tu cara me suena ya huele. Arturo Valls como presentador pone el resto, en otro acertado fichaje que, seamos francos, le viene que ni pintado.

Una vez visto el programa, se puede asegurar que el presentador y los investigadores son lo más rescatable, en una propuesta que navega entre lo ridículo y lo insípido, ya que fuera de la premisa principal, poco más se puede rascar. Pero vayamos por partes. Hay que dejar claro que los mencionados famosos dan la talla y se entregan de pleno a la propuesta, hasta el punto de que con otros rostros menos acertados (y conscientes de que han venido a intentar pasárselo bien), la cosa podría haber sido un absoluto desastre, quedándose simplemente en experimento fallido.
Los Javis cumplen, siendo los que más destacan del jurado, notándose que el programa es consciente de su fama, buscando su protagonismo a cada momento. Comprensible. Mota está un poco menos chispeante e hilarante de lo esperado, pero se agradece su presencia. Nada que reprochar a Malú.
En cuanto al resto de elementos, uno ya arquea la ceja cuando ponen los vídeos de pistas, con la intención de ser infantiles y simpáticos, pero que acaban siendo dignos de una pesadilla que haría las delicias de Freddy Kruger, y que estoy seguro que habrá espantado a más de uno. No hay por donde cogerlo.

Tampoco funciona el formato en sí, con una temática bastante más simple de lo que se pretende, donde dos personajes disfrazados se baten en duelo, mientras los investigadores (que no tienen futuro en ese campo, también conviene decirlo) intentan dilucidar de quién se trata. Y eso es todo, no hay más, siendo una propuesta que sirve para un programa, dos a lo sumo, pero hablamos de un show que viene a ser la respuesta a Tu cara me suena.
El problema es que aquel programa funcionaba (bueno, en sus buenos tiempos, porque ahora…) por unas características simples y accesibles, apto para todo tipo de paladares. Aquí todo es más chorra y bizarro, costando creer que la gente se vaya a enganchar a semejante esperpento. Han buscado un TCMS y les ha salido un Splash, programa que duró bien poco en su momento (por cierto, también presentado por Valls y de Antena 3…). Y es que lo que funciona en ciertos países (en este caso Corea del Sur), no tiene porque tener éxito en otros, y menos cuando te limitas a copiarlo sin ofrecer nada nuevo.
Tampoco puedo obviar que seguramente esto tenga su público, siendo una oferta tan inofensiva que no me importaría equivocarme y que fuera un éxito arrollador, pero no es mi programa. Uno y no más.
Se agradece el intento, la originalidad del conjunto y los implicados, pero al final el programa es un gran NO, al que le auguro un corto recorrido. Y me sabe mal por Antena 3, pero deberían haber hecho una reflexión antes de dar luz verde a semejante bobada, aunque tampoco es una experiencia insufrible, pero sí insustancial. Poco más que añadir.
Deja una respuesta