
No tenía intención alguna de acercarme a esta cinta de terror, ya que no deja de ser otro producto mal promocionado por parte de Netflix, el cual ha llegado sin hacer nada de ruido, y eso que se ha estrenado en pleno Halloween. Sin embargo, la cinta ha recibido críticas más que favorables, destacando la combinación de terror y crítica social. Debido a ello, he decidido darle una oportunidad a esta peculiar propuesta. Una vez vista, debo reconocer que, aunque no me he encontrado la maravilla que algunos aseguran, sí me parece una original e interesante película de terror.
Nada se puede reprochar a la buena mano tras las cámaras por parte del director, destacando las escenas de terror, visualmente imponentes e inquietantes, las cuales harán las delicias de los amantes del género. No obstante, no me atrevería a afirmar que la película dé realmente miedo, aunque hay momentos más que logrados, que seguramente estén entre lo mejor del año en lo que a terror respecta.

El mismo director escribe el libreto del film, siendo muy interesante la sabia combinación que se hace de crítica social y terror, siendo un producto que invita a la reflexión, con un mensaje claro y con momentos dignos de aplauso (el momento racista, y no, no es por parte de blancos). Cierto es que funcionan mejor las escenas terroríficas, captando todo nuestro interés cuando hacen acto de presencia, teniendo la cinta un ritmo pausado, aunque jamás soporífero, en el resto de momentos.
Quizás le falte algo de garra al conjunto, haciendo que destaque por su peculiar trama, pero quedándose en correcta cuando podría haber dado mucho más de sí con las pautas que planteaba. Eso sí, esta misma premisa en otras manos podría haber sido un desastre, dejando bien claro que el responsable de la cinta sabe lo que quiere contarnos a cada momento, en un trabajo (de dirección y guion) muy a tener en cuenta.

En cuanto al reparto, los dos protagonistas (Sope Dirisu y Wunmi Mosaku) están geniales, con actuaciones cargadas de intensidad y buen hacer, así como un convincente Matt Smith (Doctor Who para los amigos) en un papel más reducido pero igualmente agradecido. Y sí, Javier Botet (la niña Medeiros en Rec) vuelve a hacer de las suyas, aunque quizás se desaproveche un poco su personaje (por llamarlo de alguna forma). Me alegro de que el género del terror le tenga tan en cuenta a la hora de plasmar horribles criaturas, dignas de nuestras peores pesadillas.
Mención especial a la banda sonora del siempre acertado Roque Baños, demostrando, una vez más, que es uno de los mejores compositores de España.
En conclusión, estamos ante una cinta de terror que cumple su cometido, invitando a reflexionar sobre una problemática que no se suele abordar en el cine, y menos en este tipo de género. Sólo por ese hecho ya merece la pena darle una oportunidad a la película, aunque tampoco sea de lo mejor del año y quizás se haya olvidado en un tiempo, pero las intenciones están ahí. Tan correcta como interesante, aunque le falte algo de chispa al conjunto final. Recomendable.
Esta es básicamente the twilight zone 2019 pero mucho mejor hecha?
Me gustaMe gusta
Buff, nada que ver. Mucho mejor esta 🙂
Me gustaMe gusta