Enola Holmes – Película Netflix – Crítica – Una decepcionante propuesta más preocupada en su mensaje feminista que en ofrecer algo nuevo

Promocionada a bombo a platillo por Netflix como uno de sus grandes estrenos del año, estamos ante la adaptación de una serie de novelas sobre la hermana de Sherlock Holmes, siendo un personaje totalmente inventado, ya que no pertenece al canon establecido por el autor de las novelas originales, Sir Arthur Conan Dayle.

Partiendo de este hecho, que nadie espere mucha fidelidad al material original, hasta el punto de que no hay ni rastro de John Watson y el papel de Sherlock es testimonial (por mucho que se haya promocionado la presencia de Henry Cavill como si fuese el gran protagonista, cuando apenas sale veinte minutos, siendo generosos). Ya os adelanto que los fans del personaje van a salir bastante decepcionados.

Yo la he visto sin prejuicios de ningún tipo, ya que tenía bastante curiosidad por esta aventura de misterio, en el marco del apasionante mundo del mítico Sherlock Holmes. Y claro, la decepción ha sido mayúscula, en otro producto de Netflix que no está a la altura de las circunstancias ni de las expectativas. Mención especial a las estupendas críticas que ha cosechado, cuando es un producto realmente flojo y sin nada nuevo que ofrecer, aunque claro, también es claramente feminista, y ya sabéis cómo está el patio.

Aclarar que, sobre este último punto, no tengo ningún problema, es más, lo aplaudo, ya que considero que deben haber más producciones que lo potencien. El problema es que Hollywood ha tomado muy mala nota de un necesario movimiento al que está tratando como moda, intentando atraer al público con ese anzuelo, con una serie de producciones donde los mensajes que se quieren transmitir son tan evidentes que causan más bochorno que otra cosa.

Y es que en la película hay una mayor preocupación por dar un mensaje feminista cada quince minutos (a cada cual menos sutil que el anterior) que en ofrecer algo novedoso o fresco, por mucho que se pretenda con la correcta (aunque con bastantes peros) labor tras las cámaras del director (asiduo a las series y que debuta en el cine con esta película), notándose sus esfuerzos por dotar de algo de garra al conjunto, buscando la complicidad del espectador mediante el recurso de la cuarta pared. El problema es que en los últimos tiempos se ha abusado de dicho recurso, por lo que quizás funcione en primera estancia, pero luego se le ven las costuras a la producción.

Y es que hay una alarmante bajada de ritmo en el ecuador de la cinta, también provocado por la injustificable y exagerada duración de dos horas, lo que hace que la película se haga bastante larga y pesada, hasta el punto de tener, no dos ni tres, sino hasta cuatro finales, siendo una propuesta algo caótica y torpe.

Por otro lado, en el film conviven dos tramas, una que se queda en tierra de nadie debido a lo insulso y predecible del misterio (se ve venir de lejos) y otra que no tiene una clara conclusión porque se lo reservan para las temibles y obvias secuelas. Que no me esperen…

En cuanto al reparto, Netflix ha vuelto a ser inteligente y ha apostado por una serie de rostros conocidos y de moda. Se nota a qué juega la plataforma, ya que hace lo mismo con cada nuevo estreno, conscientes de que, con rostros menos populares, no causarían el mismo interés. Bien jugado, bien jugado… el problema es cuando desaprovechas a tu reparto de esta forma.

Millie Bobby Brown (Once/Eleven para los amigos en Stranger Things) ofrece una actuación tan desenfadada como sensacional, siendo lo mejor de la película (pero de lejos), y ofreciendo una genial interpretación que la película no merece. Espero que la portentosa actriz no acabe siendo otro juguete roto, ya que tiene tablas de sobra, hasta el punto de que se merienda a todos sus compañeros de reparto sin pudor alguno.

Y es que los secundarios no pueden estar más desaprovechados, como unos anecdóticos Helena Bonham Carter (merecía más minutos) o Henry Cavill, éste interpretando al que seguramente sea el Sherlock Holmes menos interesante de la historia del cine.

No es culpa del actor (el cual es cierto que actúa algo desganado y prácticamente repitiendo su rol de Superman), ya que el problema es que el popular personaje no aporta absolutamente nada a la trama, dejando la extraña sensación de que los responsables se han aprovechado del apellido del personaje para llamar más la atención. Podrías haber sido Enola Calzaslargas, que nadie habría notado la diferencia. No me gusta un pelo cuando se usa de tal forma una marca o un personaje, pero cada cual con su conciencia.

En conclusión, estamos ante una insípida propuesta juvenil (se nota a qué público está dirigida), que se olvida tan rápido como finaliza, siendo una oportunidad perdida de ofrecer algo más divertido y entretenido. Al final se queda en tierra de nadie, por mucho que los críticos especializados quieran vender otra cosa bien distinta. No es de lo peor que se ha visto este año, pero sí es de lo más decepcionante. Olvidable.

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