
Desde su estreno hace un par de años, tenía curiosidad por ver esta comedia protagonizada por Mark Walhberg y Rose Byrne (intérpretes que me causan bastante simpatía, todo sea dicho). Pues bien, gracias a su llegada a Netflix no lo he retrasado más y he podido comprobar si estamos ante una comedia que da lo que promete o ante otra bobada olvidable. Afortunadamente, ante lo primero.
Y es que Familia al instante es un producto familiar diseñado y prefabricado para gustar y agradar al público que se acerque a ella. Nada que objetar en esta ocasión ya que, aunque no es ninguna maravilla, cumple su cometido a la perfección.
El director es bastante asiduo al mundo de las comedias, algunas con Wahlberg como las dos partes de Padres por desigual (la primera mucho mejor que la segunda), y se nota, realizando una labor correcta, pero tampoco llamativa. Cumple, sin más.

El mismo director se encarga del guion (junto a un compañero), y aquí está uno de los aciertos del film, ya que la película busca ser emotiva y no reniega de espíritu de película familiar, pero añadiendo un humor grueso que le viene genial y consigue que no estemos ante otro producto ñoño e insípido que ya hemos visto todos. Esa mala baba en no pocos momentos la hace distanciarse de productos similares, ofreciendo algo más.
Y es que la película no engaña a nadie, siendo una propuesta tan agradable como emotiva, que deja un sabor dulce una vez salen los créditos. Y eso es algo que no puede decir cualquier comedia de estas características.

Otro de los aciertos es haber contado con Wahlberg (que cuando quiere ofrece actuaciones bastante memorables) y Byrne (que suele dar en la diana cuando coquetea con el género de la comedia), ambos con mucha química y una gran vis cómica (que ya habían demostrado en otras producciones), siendo una pareja que eleva el nivel de la función. Seguramente, con otros actores menos queridos y entregados la cosa no hubiese funcionado igual.
Mención especial a los hilarantes secundarios, destacando a Octavia Spencer. No obstante, sigo sin tener muy claro qué pinta Joan Cusack en todo esto…
En conclusión, estamos ante una comedia que cumple su función y que está por encima de la media en este tipo de producciones, con un guion tan emotivo como divertido, que no toma el pelo al espectador, y con una pareja de protagonistas que cumple con creces. Una pequeña sorpresa recomendable para toda la familia.
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