MasterChef Celebrity 5 – Primeras Impresiones – Un primer programa que deja bien claro que el casting no ha sido el más acertado

Bienvenidos al regreso de MasterChef Celebrity 5. Como ya dije en el artículo sobre la confirmación de los invitados de este año, estamos ante el peor casting de cualquier edición del programa (de famosos, se entiende), por lo que no voy a repetirme en lo mismo, pero demasiado hijo o hermana de famoso, con rostros desconocidos y muy pocos aciertos.

En el inicio del programa, aparecieron los geniales Edu Soto, Cayetena Guillén Cuervo o Mario Vaquerizo (éste último me ganó y sorprendió en su edición), en principio para hacer la gracia, pero el efecto fue lo contrario, recordándonos que hubo tiempos mejores. No obstante, se agradece su presencia.

Curiosamente, el primero en aparecer fue el también fabuloso Florentino Fernández, siendo bien conscientes en el programa de que es una de las estrellas de este año. A continuación, fueron apareciendo el resto de concursantes, en una especie de quién es quién. Debo admitir que quizás el momento no fue tan bochornoso como en otros años, pero quizás es que estoy poco exigente.

En la primera prueba aparecieron los justos ganadores de las dos primeras ediciones, Miguel Ángel Muñoz y Saúl Craviotto, también para recordarnos lo mismo que sus otros compañeros (que hubo tiempos mejores, para los despistados). En otro orden de cosas, en la primera prueba, los desconocidos concursantes tuvieron que cocinar con las partes de un bonito, en un plato libre.

Sobra decir lo impostado y forzado que era todo, con unos jueces totalmente sobreactuados, y unos concursantes intentando hacer sus papeles. Qué lejos queda la naturalidad de las primeras ediciones. En fin, que la falta de garra y chispa se hizo evidente desde el minuto uno, y no hubo apenas sorpresas.

Antes de pasar con la cata de los primeros platos, una pregunta, así al aire, ¿por qué entendemos perfectamente a Jesús Castro en este programa, sin necesidad de subtítulos, pero luego en las películas y series en las que aparece no? Misterios de la vida. Si alguien tiene la respuesta, que me diga cosas…

Ojo al «duelo» Jordi Cruz y Jesús Castro, con los otros concursantes fingiendo dramatismo, en una de las peores actuaciones que se recuerdan en lustros, tanto por parte del juez, que no podía disimular la sonrisa, como del actor, al que le temblaba toda la cara (bueno, tampoco nos quejaremos, que al menos ha movido una ceja…), fingiendo nervios. Está el programa tan guionizado que causa vergüenza ajena. Huele, pero a rancio. Y esperad, que este supuesto momento tenso lo han promocionado hasta la saciedad. Si esto es lo mejor que tienen que mostrar…

¿Del resto? Parece que los jueces quisieron mantener su papel de malos de la película, que ya probaron en la anterior edición de anónimos (por llamarla de alguna forma) y que ya cansa, más que nada porque no son actores, son cocineros, y se les nota, por mucho que pongan todo el esfuerzo. Lamentable que se tengan que inventar las polémicas.

Los mejores de la primera prueba fueron Nicolás (hijo de José Coronado) y Gonzalo Miró, siendo el vencedor absoluto el primero. La verdad es que apunta maneras, ya sea por su buena mano para la cocina o por su buen talante. Veremos. Lo que es seguro es que Castro es el broncas oficial, aunque creo que le han obligado a ello. Ya sabéis, es actor…

La prueba por equipos fue en Jaén, y claro está, los capitanes fueron los dos concursantes mencionados. La repartición de concursantes fue a suertes, ya que todavía no es momento de generar conflictos y además son famosos. A destacar lo problemática que parece Celia Villalobos, que habló de malas maneras a Ainhoa Arteta, la soprano (que también se gasta una mala leche…), en el primer rifirrafe entre concursantes de esta edición. Apunta la ex-diputada, pero más bien malas maneras. Cero sorpresas.

Tampoco podemos obviar lo épico que fue ver huir al actor Juan José Ballesta (que de momento es de mis favoritos), con la intención de ir al baño a hacer aguas mayores. Impagable cuando Jordi le preguntó sobre el asunto y el tío lo confirmó, sin perder la sonrisa y sin vergüenza alguna. Ballesta nos representa, es todo lo que diré al respecto, aparte de que cuesta creer que sea el primer concursante en ausentarse de las cocinas por esos motivos.

A la hora de los veredictos de la prueba por equipos, quedó bien claro que no es buena idea el meter personajes de la misma familia en el mismo concurso, y sí, me refiero al hijo de Coronado (que no tuvo una buena capitanía, las cosas como son) y la señora Bosé, que son sobrino y tía, defendiéndole ésta última de forma desproporcionada.

Por cierto, me satura la soprano… ya sabemos a qué se dedica, no hace falta recordarlo a cada segundo. Una pena que no fuese a la prueba de eliminación. El caso es que el equipo capitaneado por Nicolás (el azul), fue el que acabó en dicha prueba, en la que los que se jugaban su permanencia tuvieron que acertar una variedad de alimentos. Melanie Olivares y La Terremoto se libraron de la expulsión, al ser las que más aciertos tuvieron. Nada que objetar al respecto.

Y bueno, el expulsado fue David Fernández (Chikilicuatre para los amigos), siendo uno de los pocos concursantes interesantes, perdiéndolo en el primer programa. Fabuloso… aunque tampoco se puede afirmar que el cómico pusiese muchos esfuerzos en su permanencia, a pesar de sus lágrimas finales, en el momento más emotivo. Desde luego, esta importante pérdida afecta todavía más a esta edición. El día que se vaya Flo no quiero ni pensarlo.

Y bueno, poco más se puede decir, en un insípido y exageradamente largo primer programa (cuatro horas…), como es costumbre en este concurso desde hace años. Me quedo con las gracias de Flo y de Chikilicuatre, algún momento puntual y que algunos concursantes apuntan maneras. Fuera de eso, poco más se puede rascar. La cosa promete…