Sekiro: Shadows Die Twice – PS4 – Su excesiva dificultad lastra una experiencia que acaba siendo insufrible

Sekiro: Shadows Die Twice es un videojuego que salió al mercado hace bien poco (principios 2019), cosechando grandes críticas, aunque con algunas quejas por parte de los usuarios, indignados por una excesiva dificultad. Yo tenía muchas ganas de poder jugarlo, pero preferí esperar a una importante bajada de precio para adquirirlo. Así ha sido, recientemente.

Siempre suelo ser bastante benévolo en el mundo de los videojuegos, ya que si un juego me entretiene mínimamente, ya quedo satisfecho. Eso no quiere decir que me conforme con cualquier bodrio, pero soy consciente de lo que me gusta y suelo tener buen ojo a la hora de jugar a según qué propuestas. Eso tampoco quiere decir que no sea exigente con videojuegos triple A. Cada cosa en su sitio.

Pocas veces he quedado descontento en dicho mundo, viniéndome a la mente el fallido The Last Guardian, que respeto que tenga su público, pero que a mí me pareció una aventura soporífera a más no poder. No voy a negar que tenía bastantes expectativas depositadas en Sekiro, pero lo que jamás hubiese imaginado es sentirme tan decepcionado y molesto.

Y es que, en efecto, los desarrolladores se han pasado de listos, ofreciendo una experiencia muy complicada, que pone nervioso y en la cual tampoco acaban de sorprender el resto de elementos. En este punto, conviene admitir que lo he dado por perdido y no lo he finalizado, por lo que este artículo es más una especie de terapia que no realmente un análisis (de ahí que no lo haya puesto en el título).

Creo que todos estaremos de acuerdo en que los gráficos son decentes, pero poco más, sorprendiendo las altas notas con una calidad gráfica que jamás logra maravillar, siendo un videojuego que podría haber salido hace seis o siete años que nadie se daría cuenta. A pesar de la ambientación, tampoco me atrevería a decir que es un juego bello, como sí lo son otros de la misma índole. No se aprovechan las posibilidades del mundo que nos presentan.

La jugabilidad tampoco es para tirar cohetes, con unos caóticos movimientos que confunden más que ayudan, así como una cámara que va a la suya en más de un momento. También se podría realizar una tesis de porqué el botón de ataque es el R1, cuando eso no lo había visto en casi ningún juego. Es cierto que te acostumbras, pero cuesta mucho coger el tranquillo y una vez lo haces y avanzas, te topas con los insufribles enemigos poderosos, que con dos tajos ya te han matado.

Y es que ése es el gran problema del juego, la dificultad en esos jefes, prácticamente inmortales y los cuales tienen tutoriales en Youtube exclusivos para cada uno, dejando bien claro que no son imaginaciones mías. Habré perdido horas en cada uno, sin exagerar, siendo un patinazo legendario por parte de los torpes desarrolladores, al no haber apostado por un sistema de dificultades e imponiendo el modo imposible. ¿A quién se le ocurre?

Lo reconozco, no soy un maestro de los videojuegos (aunque sí un gran aficionado y tampoco soy el horror), pero es que lo de aquí clama al cielo, y tengo demasiadas cosas que hacer como para perder el tiempo en un producto que tampoco tiene nada más que justifique ese tiempo invertido o las altas notas. No es ninguna obra maestra, por mucho que se venda como tal. Luego bien que le meten notas bajas a producciones mucho más logradas y vistosas.

Luego tendríamos la historia, plana a más no poder, y que quizás remonte el vuelo avanzando un poco más, pero donde hasta el momento aporta más bien poco, siendo una aventura insustancial y dónde sólo importa avanzar y matar, poco más. No engancha ni atrapa y, sinceramente, no me veréis buscando sus posibles desenlaces, porque no hay mucho donde rascar.

Nada que objetar respecto al doblaje, aunque en esta ocasión no puedo valorar el español, ya que lo he jugado en japonés, con unas imponentes voces que aportan muchos matices a los personajes. Una vez más, el doblaje es clave en los videojuegos (y en el cine y las series).

No me voy a extender más, ya que esto es todo lo que puedo decir y aportar al respecto, simplemente recomendaros que no os embarquéis en esta fallida aventura, en la que seguramente perdáis los nervios y donde sus creadores han metido la pata hasta el fondo, lastrando una experiencia que podría haberse quedado en correcta (el resto de elementos no tienen nada que no se haya visto ya, siendo muy superiores los Ninja Gaiden) y que espero olvidar lo antes posible.

Un error en su concepción y, seguramente, una de las mayores decepciones que me he llevado en el mundo de los videojuegos (con permiso de ciertas terceras partes…). Insufrible.

2 comentarios sobre “Sekiro: Shadows Die Twice – PS4 – Su excesiva dificultad lastra una experiencia que acaba siendo insufrible

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  1. Vamos, que en vez de aprender de tus errores te tiras de cabeza a los jefes, no le prestas atención a tu entorno y mucho menos exploras. Te mueres, te resignas y para sacar tu frustración te pones a decir que el juego es malo.
    La saga souls siempre han sido juegos exigentes, pero déjame decirte que Sekiro es el más fácil de todos estos porque es en el que menos habilidad necesitas si no contamos el multijugador. El juego al contrario que en sus anteriores no te deja invocar a otros jugadores, en cambio te da una excesiva cantidad de formas para afrontar más fácilmente los obstaculos. Que tu seas incapaz de detenerte un momento a buscarlas es tu culpa y no la del juego.

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